“Iron Boy” revive el “hambre y el deseo”
Busca recuperar el título júnior mosca de la OMB. (Ve vídeo)

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 14 años.
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Mexicali, México. El estar por una década en la cima del boxeo quizás le causó cierto grado de complacencia al ex doble campeón Iván “Iron Boy” Calderón.
Esa complacencia, según indicó el peleador boricua, fue un factor en la derrota que sufrió a manos de Giovani Segura el pasado 28 de marzo de 2010 en el coliseo Mario “Quijote” Morales.
Segura no sólo le quitó el fajín júnior mosca de la Organización Mundial de Boxeo, sino que acabó con su racha invicta y sus 18 defensas titulares sin conocer derrota alguna. Demás está decir que también le faltó el “respeto” a Calderón al vencerlo en su “casa”.
Sin embargo, la caída de Calderón del tope lo hizo ver que tenía que regresar a sus raíces, a entrenar con seriedad y enfoque, y ahora el púgil guaynabeño hará todo lo que esté a su alcance para recobrar lo que, por tanto tiempo, fue suyo.
¿El estar invicto por 10 años y realizar 18 defensas exitosas te creó complacencia?
“Yo creo que eso pudo pasar en ese momento. Pasa cuando uno lleva tanto tiempo en la cima, victorioso. Llega un momento en que uno no entrena como antes, porque piensas que lo tienes todo ahí, hecho, y llega esta etapa.
Cuando uno tiene una derrota, uno vuelve a la etapa vieja, de recordar los sacrificios y esfuerzos que había que hacer para llegar a la cima, y esa etapa es en la que estoy en estos días, en demostrar que puedo llegar y entrenar como lo hacía cuando tenía 27 años, cuando firmé profesional”.
¿Por eso tomaste la decisión de acuartelarte para este combate?
“Bueno, yo nunca me había acuartelado antes para una pelea. La única vez que me acuartelé fue cuando era aficionado, en preparación para las Olimpiadas del 2000 (en Sdney, Australia), porque era obligatorio. Como profesional es la primera vez que me acuartelo.
Mi esquina tomó esa decisión para ver qué cambios iba a haber en mí, y la realidad es que me ha cambiado en términos de la motivación; mente más sana, tranquilo y enfocado en la pelea”.
Recientemente revelaste que sufriste una lesión durante tu preparación para el primer combate contra Segura. ¿Fue esa lesión un verdadero factor en el desenlace de la reyerta?
“Giovani ciertamente puso lo de él (en el cuadrilátero). De eso no cabe duda, pues hizo una pelea excelente, pero sí fue un factor en el sentido de que no se pudo entrenar a capacidad completa. Hubo días que tuve que faltar al gimnasio y no pude usar la pista porque me mandaron a descansar el hamstring.
En la pelea con (Jesús) Iribe sufrí una cortadura en uno de los ojos, por lo que no pude guantear fuerte por temor a que se abriera la herida nuevamente. Lo que hice fueron unos 45 asaltos de guanteo, cuando típicamente realizó de 100 a 110.
Me dejé llevar por mi habilidad, pensando que Segura era un buen pegador, pero no un buen boxeador. Pensé que lo podía dominar con mi habilidad, y pese a no estar en mi mejor condición, pienso que le hice una buena pelea y di un buen espectáculo. Pero en las áreas donde él me castigó, no hubo trabajo físico para resistirlo”.
¿Se podría decir que la derrota fue uno de los peores días en tu carrera como boxeador?
Te podría decir que sí; primero, porque fue en mi patio, Guaynabo; segundo, la derrota ocurrió frente a mi gente; y tercero, ni siquiera fue culpa mía, sino de la naturaleza.
Son cosas que pasan, y uno por no tener los pantalones en su sitio de cancelar el combate por miedo de que se le cayera el programa al promotor. De todas formas decidimos pelear, pero uno aprende de esos errores”.
¿Qué significa ahora para ti esta oportunidad de subir al ring nuevamente y tratar de recapturar lo que fue tuyo por tantos años?
“Esta oportunidad significa que todavía me queda algo, sin importar el que tenga 36 años. Estoy bien física y mentalmente, soy un hombre sano, y ahora vuelvo a crecerme como atleta. Ahora tengo de vuelta esa hambre y el deseo de entrenar para una pelea y demostrarle a muchos, que no entienden este negocio, de que esto no es de que uno esté viejo, sino que hay que pelear de forma inteligente, y usar los recursos y estrategias correctas en el momento adecuado”.
¿Has pensado que ésta quizás podría ser la última gran batalla de Iván Calderón?
“ Bueno, uno tiene que pensar en lo que está ocurriendo en el presente y vivir día a día. Uno lo sabrá cuando se acabe la pelea y cómo me sienta físicamente. Yo creo que por ahora no debo de estar hablando de que me voy a retirar después de mañana, pues quién sabe si tenga una derrota ahora mismo y en la próxima pelea luzca mejor de lo que lucí en ésta.
La vida es así, y hay muchos ejemplos: miren a (Manny) Pacquiao y otros boxeadores que han perdido, y cuando toman su segundo aire como atletas se crecen de una manera que ni ellos mismo se lo creen. Miren a mi amigo Miguel Cotto, él decía que se retiraría a los 30 años y tomó otro impulso en su carrera y decidió estar dos años más. Esto es día a día y paso a paso”.