Las facilidades del pequeño museo recibieron ayer a cientos de fanáticos para añadir a su matrícula los integrantes de la clase 2016: el triple campeón divisional Camacho, el campeón mundial 118 y 122 libras, Guadalupe ‘Lupe’ Pintor, y el panameño titular 108 y 112 libras, Hilario Zapata.

El trío entró en la categoría de Boxeadores Modernos. En la de Boxeadores de Antaño, el nuevo integrante lo es Petey Sarron, otrora campeón mundial pluma.

El legendario periodista y columnista Jerry Izenberg y el reconocido narrador deportivo Bob Sheridan, apodado El Coronel, entraron este año, representando a la categoría de Observadores, mientras que el ex director ejecutivo de la Comisión Atlética de Nevada, Marc Ratner; el juez extraoficial de la telecadena HBO, Harold Lederman; y el fenecido entrenador Whitey Esneault; fueron exaltados en la categoría de No Participantes.

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La tarde, sin embargo, le perteneció a Camacho. Aunque el público no llegó a los niveles del 2014, cuando el IBHOF recibió a Tito Trinidad, además de a Oscar De La Hoya y Joe Calzaghe, el público era considerable e incluía a muchos puertorriqueños.

“What time is it?”, gritó Héctor Camacho, hijo, cuando junto a su abuela paterna, María Matías acudió al podio para dirigirse a los presentes, muchos de los cuales respondieron con el clásico “¡Macho Time!”

“¡Puerto Rico, tenemos otro (en el Salón de la Fama)!”, gritó entonces hacia un grupo de fanáticos boricuas. Entonces comenzó a cantar varias estrofas de “Qué bonita bandera”.

“¡Que viva Puerto Rico!”, gritó entonces la mamá del ‘Macho Man’.

“El boxeo era su primer amor. Lo vi dejar su corazón, sudor y todo lo que tenía en este deporte”, dijo Camachito, abrazando a su abuela. “Estaba un poco loco, tenemos que admitirlo”, agregó el también ex púgil, desatando una ola de risas entre los presentes. “Pero fue un gran boxeador. Un gran padre. Y un gran hijo”.

Entonces María tomó el micrófono. La madre del Macho Man casi desaparecía detrás del podio. Pero su voz retumbó en el lugar.

“Gracias por querer tanto a mi hijo. Fue tremendo boxeador. Buen hijo, nunca me faltó nada. Como hijo fue una adoración”, dijo María. “Gracias, Puerto Rico por querer tanto a mi hijo, también”.

A la actividad acudieron múltiples luminarias del boxeo, como el nonagenario Jake LaMotta; Marvin Hagler; el boricua Carlos Ortiz, y dos legendarios rivales de Camacho: Roberto ‘Mano de Piedra’ Durán y ‘Sugar’ Ray Leonard.

Durán, quien perdió dos veces ante el Camacho, alabó a Macho el púgil, el hombre espectáculo y el bohemio.

“En el fondo éramos muy buenos amigos”, dijo Durán recordando al zurdo boricua. “Camacho arriba del ring era súper escurridizo. Sacaba las manos muy rápido y no se dejaba acorralar, por eso fue campeón tres veces”.

Mano de Piedra agregó que, “Camacho llamó la atención por su modo de vestir en el boxeo. Él fue el que puso a todos los otros boxeadores a vestirse como él. Mayweather se vistió de gladiador, pero Camacho fue el pionero. Después todos lo siguieron, se copiaron”.

Otro que fue a rendirle tributo boxístico al ‘Macho Man’ en Canastota ayer lo fue Carlos Ramos. El boricua residente en Nueva York fue con una máscara, capa, medias y uniforme  de la Monoestrellada, además de con guantes de boxeo con el diseño de la insignia patria.

“Esta es la segunda vez que vengo (al IBHOF). Vine para Tito (Trinidad) y ahora estoy aquí para Macho”, explicó el fanático. “Lo hago por el orgullo boricua. Él nos representó mucho, gritando ‘¡Puerto Rico!’ en el ring. Esto es agradecerle un poco por todo lo que hizo por nosotros”.

Los tres boricuas de Lederman

Lederman, un veterano juez que ha trabajado exclusivamente para HBO en las últimas décadas, abrió su discurso diciendo que tenía que “agradecerle a tres puertorriqueños”.

Primero agradeció al presidente de la Organización Mundial de Boxeo (OMB), Francisco Valcárcel Mulero, a quien llamó, “el mejor presidente de un organismo boxístico que ha habido, el más justo, sin duda el mejor”.

En primera fila se encontraba el presidente del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), Mauricio Sulaimán.

Luego le agradeció al fenecido entrenador boricua Víctor Valle, “quien me enseñó tanto de boxeo y me hizo reír tanto”.

Por último, recordó la memoria del fallecido promotor Pepe Cordero, fundador de la OMB.

“Mucha gente dice cosas malas de él. Yo no. En toda mi carrera como juez, nadie se ha portado mejor conmigo que como lo hizo Pepe Cordero. Siempre fue una gran persona conmigo”, dijo Lederman.

Muhammad Ali fue recordado por muchos de los presentes. Pero quizás las palabras más conmovedoras vinieron de Izenberg, quien escribió y fue amigo de Ali por medio siglo.

“No sé si los escritores merecen estar en el Salón de la Fama, pero estoy muy agradecido por este reconocimiento. Ha sido un periodo muy difícil para mí. Mi buen amigo por 50 años, Muhammad Ali, falleció, y ha sido un tiempo muy difícil”, dijo Izenberg.

Cuando terminó la ceremonia, los homenajeados posaron juntos para fotos, firmaron autógrafos y luego compartieron en una recepción dentro del museo.