Río Grande. El miembro del Salón del Boxeo y actual promotor del deporte, Miguel Cotto, dijo que existe “desconfianza” y poca “pasión” de los boxeadores al punto de que ha afectado la industria y el deporte que ha sido de orgullo para los boricuas.

Cotto habló en un aparte con la prensa durante unas clínicas de golf en Río Grande, de la que participaron entusiastas estudiantes de Loíza junto al hall of famer del béisbol, Iván Rodríguez, y el propio Cotto. Su respuesta sucedió a la pregunta sobre cómo está la industria del boxeo en Puerto Rico.

“En Puerto Rico, si cierran las pequeñas ligas, ¿qué futuro va a tener el deporte? Muy mínimo. La Federación Puertorriqueña de Boxeo, y en el mundo por igual, no trabaja de la mano del boxeo profesional. Se creen que el muchacho tiene que hacer sus cosas por el honor y deseo y placer de representar a Puerto Rico, lo que es fenomenal. Pero no puedes ir al supermercado para hacer compras con tu medalla. Necesitas dinero, y en el caso del boxeo, tienes que cruzar al boxeo profesional. Lo mejor que puede hacer el boxeo aficionado es, no unirse a nosotros (Miguel Cotto Promotions), sino al boxeo profesional en general para ayudar a educar a esos muchachos para cuando den brinco lleguen con los conocimientos suficientes”, dijo Cotto.

Puerto Rico ha sufrido una baja sustancial en cuanto a campeones mundiales, aunque siguen surgiendo púgiles de relieve en muchas divisiones. El boxeo aficionado también ha sufrido; un solo púgil clasificó a los Juegos Olímpicos Tokio 2020.

El problema que está notando el promotor Cotto es que el boxeador llega al profesionalismo desconfiado en el sistema rentado y con un equipo de trabajo con ideas desproporcionadas con la etapa competitiva en que se encuentra su púgil novel.

“Lo complicado del boxeo es que el boxeador llega con un manejador, entrenador, asesor persé, que tienen unas ideas, que no son irreales, pero muy gigantescas para lo que puede acaparar ese muchacho en este momento. Quizás en un futuro si pueden acaparar eso que piensa su manejador”, dijo Cotto, quien fue parte de la empresa promotora Top Rank durante gran parte de su carrera.

Wilfred Benítez una de las víctimas del boxeo rentado.
Wilfred Benítez una de las víctimas del boxeo rentado. (gary williams)

Cotto también fue autocrítico con el sector de promotores.

“Ese es el gran problema que sufre el boxeo profesional”, repitió Cotto. “El muchacho no llega a dejarse educar. No los culpo. Hemos tenido una racha en que el boxeador era duramente abusado por el boxeo profesional. Eso se entiende. La mentalidad de hoy día es muy diferente. Si el boxeador hace dinero, nosotros como promotores también hacemos dinero”.

Cotto dio un ejemplo clásico de la rudeza de la industria del boxeo, el del excampeón mundial y miembro del Salón de la Fama, Wilfred Benítez, quien perdió todo el dinero ganado a puños contra lo mejor de su época. Cotto también cree que el propio Benítez pudo haber evitado tanta pérdida.

“No culpo a la comunidad del boxeo. Tenemos un ejemplo craso, el de Wilfred Benítez, un muchacho que en su época del 70 y 80 hizo mucho, mucho, mucho dinero y hoy tiene que vivir gracias a un cheque de $1,000 que le da el Gobierno de Puerto Rico. Le echan la culpa a su papá, (el fenecido Goyo Benítez, entrenador y posible asesor por ser padre también del púgil). Pero Wilfred ya tenía la mayoría de edad como para poder discernir y decir ‘papá tu llegas hasta aquí y de aquí en adelante yo soy la voz cantante en esto’”, dijo Cotto.

Cotto sugiere para evitar más desencantos con el boxeo, una asociación de boxeadores, como la tienen la mayoría de los deportes profesionales de Estados Unidos, como el béisbol, MLB, así como el trabajo mano a mano de las federaciones nacionales de boxeo que crían a los púgiles en su mayoría pasará al boxeo rentado eventualmente.

“Se ha perdido mucha pasión. Hay mucha, mucha, mucha desconfianza. Hay mucha pena y dolor por la forma en que ha vivido el boxeo en Puerto Rico. La desconfianza es muy grande”, aseguró.