Los tiempos de crisis en Puerto Rico siempre ponían en precario la salud del exboxeador Wilfred Benítez. Así sucedió durante y posterior al paso de los huracanes Irma y María por la Isla en septiembre de 2017. Por tal razón, hoy más que nunca sus cuidadores están felices de que el ‘Radar’ esté relocalizado en Chicago, donde el estado de su salud se ha normalizado bastante y donde ha recuperado más de 40 libras de peso.

Eso sí, estar en Chicago no significa que no esté también en peligro de contagiarse con el COVID-19. Por tal razón, la residencia del expúgil carolinense en el estado de Illinois ha sido cerrada a visitas que no sea obligadas para su cuidado.

Benítez, de 61 años, permanece en Chicago bajo el cuidado de su hermana. Luis Mateo, gestor de la iniciativa que llevó al Radar a esa ciudad, detalló que él se encuentra bajo la mejor atención posible.

El excampeón mundial sufre de demencia pugilística, una enfermedad neurodegenerativa provocada por los golpes que recibió durante su extensa carrera y necesita de asistencias las tareas de rutina como ingerir alimentos y el aseo personal.

“Estamos bien. Tratando de minimizar las personas que están a su lado porque esta situación (coronavirus) es fuerte”, compartió Matos desde Chicago. “Benítez está mejorando y si se le pega (el coronavirus) se lo puede llevar”.

Mateo decidió buscar alternativas para ayudar a Benítez durante una visita a Puerto Rico para entregar suministros después del devastador huracán. Después de una conversación con el también exboxeador Félix ‘Tito’ Trinidad, Mateo inició las gestiones en Chicago para darle una mano a Benítez. Consiguió los auspicios que necesitaba para transportar a Benítez y, a su vez, ubicarlo en una residencia apta para los tratamientos.

Estamos bien. Tratando de minimizar las personas que están a su lado porque esta situación (coronavirus) es fuerte

-Luis Mateo / Cuidador de Wilfred Benítez

“Un hermano de Oscar López (el exprisionero político) nos ayudó. Si no fuera por José López, Benítez no estaría en Chicago. José fue la persona que abrió las manos y me ayudó. Fui a muchas personas porque le había prometido a Yvonne que me lo iba a traer para Chicago y así fue”, relató.

Mateo aseguró que Benítez llegó pesando 133 libras y ahora ronda las 170 libras.

“Las pasadas Navidades le llevamos una parranda. Benítez aplaudió y hasta se sentó solo en la cama”, afirmó. “Yvonne estuvo enferma un tiempo y tuvimos que ingresar a Benítez a un centro de rehabilitación por seis meses. Cuando vimos que no era lo mejor, enseguida pensamos que esto iba a matar a Benítez y lo tuvimos que sacar. Ahora está en la casa con Yvonne porque nadie lo cuida mejor”.

Benítez tuvo una destacada carrera en el pugilismo. A la corta edad de 17 años logró su primer campeonato mundial cuando venció a Antonio Cervantes por decisión. Se retiró en septiembre de 1990 con un balance de 53-8-1 con 31 KO. En 1994 fue exaltado el Salón de la Fama del Boxeo Internacional en Canastota, Nueva York.