El púgil cubano Robeisy Ramírez (7-1, 4 KO) borró de la memoria del revés que sufrió durante su primer compromiso en el boxeo rentado. Prefiera mirar hacia la siguiente prueba para demostrar que tiene el aptitud necesaria para continuar el camino hacia un cetro mundial.

La oportunidad para hacerlo será el 9 de octubre cuando enfrente al puertorriqueño Orlando “Capu” González (17-0, 10 KO) como parte de las peleas preliminares del evento encabezado por el duelo de pesos completos entre el británico Tyson Fury y el estadounidense Deontay Wilder.

Realmente, soy una persona que no se detiene. No fue la primera derrota en mi vida dentro el boxeo. Sí fue un golpe duro porque no era lo esperaba, pero sabía que no era el fin”, aseguró Ramírez.

En el 2019, el dos veces veces medallista de oro olímpico representando a Cuba inició con una derrota a manos de Adán González. Desde entonces, lleva siete victorias al hilo.

“Después de la derrota, vine a Las Vegas para hacer un campamento con Ismael Salas y, por supuesto, no solo la pelea contra González es importante, todas las que viene de ahora en adelante serán. Por eso entrenamos. Ya había comenzado a trabajar con la alimentación, el físico y estamos listos para el reto, dar un buen espectáculo”, dijo Ramírez.

El cubano de 27 años, por otro lado, reconoció las cualidades de González.

“No me dejo llevar por un récord porque a veces son abultados contra oponentes que tal vez no son lo mejor. No quiero decir que sea el caso de González, porque me consta que es un buen boxeador. Tuve la oportunidad de verlo durante la cartelera que pelearon Emanuel Navarrete y (Christopher) Pitufo Díaz. Como boxeador boricua, (González) es aguerrido, va al combate y lo da todo, pero los cubanos también”, concluyó.

La pelea fue acordada a un máximo de 10 asaltos en la división pluma (126 libras).