
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 15 años.
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Román “Rocky” Martínez prefería no tener que esperar un mes para estar cara a cara frente al británico Ricky Burns.
De hecho, si fuera por el campeón júnior ligero (130 libras) de la Organización Mundial de Boxeo (OMB), pelearía hoy mismo.
“Estamos listos, siempre me he cuidado bien en el peso. Lo único que falta es pisar Escocia y regresar a Puerto Rico con el título”, expresó Martínez luego de un prepesaje efectuado ayer en el gimnasio municipal de Dorado.
El púgil puertorriqueño hizo alardes de su condición físicaal marcar 135 libras en el primer prepesaje requerido por la Comisión de Boxeo Profesional de Puerto Rico.
Martínez (24-0-1, 15 KO), quien arriesgará por segunda ocasión su cetro júnior ligero de la OMB, esta vez ante Burns (28-2, 7 KO), tenía como peso máximo exigido 149.5 libras, el 15 por ciento sobre las 130 de la división. El monarca marcó casi 15 libras menos de lo permitido.
En Burns, el boricua encontrará a un púgil de 5’10” de estatura natural de Escocia, que hizo su más reciente combate el pasado 15 de mayo cuando venció por decisión a Youssef Al Hamidi en Inglaterra.
Sobre su contrincante, Martínez indicó que “es un peleador alto, es un peleador que boxea, no es un noqueador según su récord, pero estamos haciendo los ajustes para poder noquearlo y obtener una victoria bien convincente”.
El invicto vegabajeño viajará junto a su equipo de trabajo, dirigido por su entrenador Raúl “Papo” Torres, el domingo 29 de agosto rumbo a Escocia para completar su preparación en ruta a su compromiso y acostumbrarse a la temperatura de la ciudad.
“Ya fui una vez allí, me aclimaté muy bien y estamos en perfectas condiciones, así que no creo que afecte irme una semana antes”, manifestó Martínez, quien trabajó calentamientos, ejercicios de piso, sombras, cuatro asaltos de guanteletas, les pegó al saco y a la pera, manteniendo una buena estámina.