Sergio Martínez no tardó en demostrar su talento para el fútbol y el tenis competitivo en su natal Argentina. También demostró sus dotes para el ciclismo.

No fue hasta que cumplió los 20 años que empezó en serio con el boxeo. Se subió a un tinglado hace 15 años por el mismo motivo que lo han hecho miles de otros: para escapar a la droga y violencia que azotan Quilmes, su ciudad natal en la provincia de Buenos Aires.

"No se puede soñar este momento que estoy viviendo", dijo Martínez en la madrugada del domingo tras la euforia de su fulminante nocaut sobre Paul Williams. "Estoy contentísimo, por mí y por mi familia. Este es un día de pura felicidad, todos saben de dónde vengo".

Alcanzar el estrellato no fue fácil para el "Maravilla" Martínez.

Su contundente victoria para revalidar su corona del peso mediano en el Boardwalk Hall seguramente será enmarcada como el "Nocaut del Año" y cuidado de la década. Sin embargo, el argentino se embolsó algo más que un millón de dólares por el combate, muchos menos que Williams, aunque era Martínez quien defendía la corona.

Martínez siempre ha sido un actor secundario y el mismo fue evidente en los momentos previos a la pelea, cuando tuvo que irse a la esquina azul que había sido reservada para el retador durante toda la noche.

Eso le obligó tener que pasar entre los ayudantes de Williams en el otro extremo para acompañar a los suyos antes de las presentaciones.

El promotor de Martínez Lou DiBella se enojó por el desaire, pero le dijo a los reporteros en la primera fila que el lío por la esquina pasaría al olvido cuando Martínez noquease a Williams. DiBella resultó ser profético.

Martínez fue agresivo de entrada y tuvo a Williams contra las cuerdas. Pero fue en el segundo asalto que se produjo el momento más dramático de la noche. Cuando Williams se preparaba para conectar un gancho, Martínez le madrugó completamente y le conectó limpiamente en el mentón. Williams se fue de bruces a la lona, víctima de un espectacular nocaut.

"No paraba de decir que esto no iba a durar siete rounds", dijo DiBella. "Me decía que lo iba a conectar con uno de sus golpes. Creo que me lo dije como mil veces. Ustedes me conocen, siempre ando preocupado y él me calma. 'Quédate tranquilo que lo voy a noquear", me decía.

Gabriel Sarmiento, el entrenador de Martínez, contó que hace poco se despertó con pensando en un error de Williams, de mover hacia adelante su pierna antes de lanzar un jab. Sarmiento sabía que Martínez iba a aprovechar la vulnerabilidad de Williams y hasta se aventuró a pronosticar un nocaut en el segundo asalto.
"Sabía que si Paul cometía esos errores, Sergio iba a sacar provecho y fue lo que hizo", dijo Sarmiento, exhibiendo la página de una libreta del hotel en la que había anotado su predicción.

La pelea fue la revancha de uno de los épicos combates del año pasado, cuando ambos besaron la lona en el primer asalto y luego se enfrascaron en 11 encarnizados asaltos.
Williams se impuso por decisión el pasado diciembre y siempre insistió que hubiese ganado más fácilmente si se hubiese preparado con más tiempo. Martínez quedó como su contrincante cuando se esfumaron los planes para una publicitada pelea con Kelly Pavlik.
Martínez aceptó pelear a última hora, tomando el lugar de Pavlik por ser su primera gran oportunidad de mostrarse en los grandes escenarios. Esta vez, los dos tuvieron más tiempo para prepararse.
"Fue muy simple. Soy un boxeador que no anda dando excusas", dijo Martínez. "Eso lo dije en la última rueda de prensa. Estaba cansado con las excusas de Paul Williams y salí a hacer mi trabajo".
Y lo hizo con aplomo, entreverándose ahora como uno de los mejores boxeadores del momento, detrás de Manny Pacquiao y Floyd Mayweather hijo.

Martínez dice que quiere tres o cuatro peleas más antes de retirarse, un par de jugosas bolsas. Lo malo es que el nocaut a Williams podría complicarle conseguir rivales. ¿Quién querrá enfrentarlo tras demoler a Williams?
"Es el mejor peleador que he tenido la oportunidad de representar", dijo Di Bella. "Le van a llegar muchas oportunidades. ¿Cuántos van a querer esquivarle? Le rehuirán, pero va a pelear".