Por más de tres décadas se ha conocido del enlace entrañable entre Félix Trinidad Rodríguez y su primogénito, el expúgil Félix ‘Tito’ Trinidad.

El boxeo siempre ha sido su vocablo común, pero también lo son las peleas de gallos, la agricultura y hasta la música típica.

“Mi papá era agricultor. Aprendí de él. Tito me vio y ya sabe sembrar su mata de plátano, de guineo. Aquí mismo tengo guanábanas, mangó, aguacates, pana. Es para el consumo de la familia y amistades”, dijo Trinidad, padre, durante una visita de Primera Hora a su residencia para esta entrevista por motivo del Día de los Padres que se celebra este próximo domingo.

Relacionadas

Tito, por su parte, dice que entre ambos intercambian los frutos que cosechan.

“Yo le paso unos platanitos a mi papá y él me da algunas de sus cosas. Aprendí a sembrar con él y con otros familiares que le gusta la agricultura. Es algo bonito el poder compartir lo que uno tiene con los demás. Además, comer viandas mantiene a uno saludable”, indicó Tito.

Ambos también han tenido afinidad por las peleas de gallos, aunque ya no tan fuerte como antes.

“A ambos nos gustan los gallos y Tito iba conmigo a las galleras de pequeño. Pero el que en sí era gallero de verdad era mi primo Juan ‘Popo’ Guzmán Trinidad. Tenía buen ojo para eso (identificar buenos gallos)”, confesó Trinidad, padre, sobre su primo ya fallecido.

Pero lo que sí hacen juntos con alguna frecuencia es disfrutar de su pasión: el boxeo. Claro, ahora frente a un televisor en vez de ser ellos los protagonistas.

“El boxeo lo vemos juntos por televisión. Rara vez voy a carteleras aquí. Si las pasan por Pay Per View, las compramos. A nosotros nos ayudaron y ahora apoyamos a otros. Ayudamos a los de aquí y los de afuera”, dijo Trinidad, padre. “Nos ponemos a ver las peleas y compartimos opiniones. No siempre estamos de acuerdo en quién va a ganar. Tito tiene buen ojo analítico para eso. Y la verdad es que va a’lante en términos de victorias (se ríe)”.

De hecho, hay quienes se le han acercado a Tito para ver si le interesa entrenar futuros boxeadores y pasar a otros los conocimientos aprendidos. Pero el menor de los Trinidad ha puesto esa posibilidad en pausa por el momento.

“Hay personas que me han comentado para ser manejador o promotor. Estuve muchos años en el boxeo y quiero descansar, dedicar tiempo a mi esposa y a mis hijas. Mis hijas estudian bastante, hacen deporte como baloncesto, soccer y voleibol. Tienen las prácticas por las tardes”, dijo Tito. “Quiero estar tranquilo, quiero estar pendiente a dedicarles tiempo como padre. Son buenas estudiantes todas. Una ya está en tercer año de Universidad y está estudiando Mercadeo”, abundó.

Claro, a diferencia de su padre, que tuvo una carrera boxística relativamente corta con 16 peleas y que aún tenía energías para seguir en el deporte en otra faceta, Tito se fajó en 45 peleas por 18 años – sin contar los ocho años que estuvo de aficionado desde los 10 años- lo que explica un poco su deseo de tomarse una sabática indefinida del deporte.

“En mi caso particular, cuando terminé mi carrera boxística tuve inquietud de seguir ayudando, meterme a entrenador, enseñar a los muchachos del barrio. Tito tenía como nueve años cuando empezamos en el gimnasio con él. Lo debutamos a los 10 años en aficionado”, recordó Trinidad, padre.

“En casa yo me ponía a hacer sombra y jugaba con Tito. Hacía que viniera a buscarme para yo practicar los pasos laterales. Yo no era muy técnico, pero había sido entrenado por varios que eran bien técnicos, como (Enrique) “Quique” Carrión, entrenador de Wilfredo Gómez. Yo tenía esos conocimientos y los practicaba con Tito. Se veía desde ahí que tenía madera para esto. Son cosas que se van dando día a día. No es algo que yo soñé algún día y ahora se dio”, explicó el que también fue entrenador de Alex ‘El Nene’ Sánchez.

Admirador de su hijo

Aparte del éxito de su hijo como púgil, algo que Trinidad Rodríguez lleva con mucho orgullo es el compromiso genuino que Tito siempre ha tenido con su pueblo, su eterna disponibilidad a atender a sus fanáticos, a no negar un estrechón de manos, un abrazo, una sonrisa, un autógrafo, una foto o una conversación.

“A Tito le nace el ser cortés con la gente. Pero siempre le decíamos que cuando una persona venía a pedirle un autógrafo o una foto es porque lo admira. No se merece un desaire. A veces venían con sus hijos y esos niños quizás podrían imitarle en boxeo o en otra disciplina deportiva. Hay que sembrar para el futuro”, indicó Trinidad, padre, quien por un tiempo tuvo que servir de ‘guardaespaldas’ a Tito antes de asignar esa faena a otros en su equipo de trabajo.

“Antes de calar alto en el boxeo me tocaba hacer el trabajo de seguridad. Tenía que halarlo para llegar a tiempo a los lugares. Llegábamos al aeropuerto, no había tiempo a veces para atender a todo el mundo. Pero Tito empeñaba su palabra de que cuando se bajaran del avión, él se tomaría la foto. Al llegar el avión, Tito se bajaba entre los primeros pues viajaba al frente y en el ‘gate’ se quedaba a esperar que saliera toda la gente que no pudo tomarse la foto con él. Cumplía su palabra”, narró.

“A veces llegábamos tarde a algunos lugares porque Tito quería cumplir con la gente. Yo era el malo de la película por el bien de cumplir con los horarios. Algunos no lo comprendían. Y me excusan si tuve que hacerle un desaire a alguien por tenerme que llevar a Tito”, dijo.

Actualmente, Tito no sale tan frecuente como antes en público, pero muchos ya sí lo pueden contactar a través de su Fan Page de Facebook, que ya cuenta con más de 110,000 seguidores y cuyo reciente vídeo hablando sobre sus correas de campeonato ha tenido sobre 1.5 millones de visitas.

“Nunca había entrado en ese mundo de redes sociales. Mi amigo Carlos Alemañy es quien me maneja la página. Pero puedo usarla para estar en contacto con los fanáticos. Puedo interactuar con ellos. La gente puede ver qué estoy haciendo y qué va a pesar con la vida de Tito. El otro día subimos un vídeo y fue un palo. Son cosas que quiero seguir haciendo”, dijo el excampeón.