¡Qué semana!

Primero, Alex Rodríguez admite haber utilizado esteroides, luego Miguel Tejada acepta haber mentido ante el Congreso de Estados Unidos y, para rematar, Antonio Margarito es suspendido por un año por tratar de usar un vendaje ilegal.

Los incidentes ponen en perspectiva que los atletas están dispuestos a hacer lo necesario con tal de obtener dinero y adquirir fama.

El caso de Margarito es el peor de todos ya que tanto el púgil como su entrenador Javier Capetillo pusieron en riesgo la salud de Shane Mosley. En un deporte en el que los boxeadores se juegan la vida, usar algún vendaje, artefacto, patraña o sustancia con tal de infligir daños físicos al otro no tiene perdón. Un año de castigo no es suficiente. La Comisión de California debió suspenderlos de por vida y usarlos como ejemplo de que el que la hace, la paga.