Veinticuatro años después de su revés ante Pernell Whitaker, Wilfredo Rivera pide ser reconocido como campeón
El púgil boricua ha solicitado al presidente del Consejo Mundial de Boxeo que le ayude a sacarse una espina que tiene en el corazón.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 5 años.
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Wilfredo Rivera no ha podido extraerse una espina que lleva incrustada en un costado por los pasados 24 años.
El 12 de abril de 1996, Rivera retó a Pernell Whitaker por la faja wélter (147 libras) del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) en un duelo que tuvo a solo 1,000 invitados especiales en las gradas del Atlantis Casino en la isla de San Martín. Se suponía que fuera una pelea de trámite para Whitaker, su sexta defensa titular, ya que en el horizonte estaba cuajándose una megapelea contra Oscar de la Hoya.
Sin embargo, Rivera tenía otra idea en mente. El boricua subió al ring como el primer clasificado por el CMB gracias a un inmaculado récord de 27-0 con un empate. Para Rivera fue su primera oportunidad a un cetro mundial. Whitaker, mientras tanto, ya contaba con múltiples cinturones titulares en el resumé. Era una figura de nombre, considerado el mejor libra por libra del mundo en aquel entonces.
Aproveché los medios sociales para escribirle a Sulaimán para ver si me ayuda en la gestión. Gané esa pelea y siempre he tenido la motivación de hacer la petición. Es una espina que no me he podido sacar del corazón
-Wilfredo Rivera / Exboxeador
A simple vista, las posibilidades de Rivera parecían mínimas. No obstante, presionó a Whitaker desde el campanazo inicial con la idea neutralizar el estilo escurridizo del campeón y tuvo éxito. Whitaker confrontó problemas para descifrar a Rivera, quien también era un peleador defensivo con pegada.
En el tercer asalto, Rivera sufrió una cortadura en el tope de la frente que no fue un factor durante el resto del encuentro. Ambos tuvieron sus momentos a lo largo del combate, pero fue el puertorriqueño quien conectó una mayor cantidad de golpes en la anatomía de Whitaker, a razón de 193 vs. 187. El estadounidense, quien de paso falleció el año pasado en un accidente vehicular, sí dominó el porcentaje de efectividad a razón de 37 vs. 28 por ciento.
Al concluir los 12 asaltos, Rivera se dirigió a su esquina convencido de que sería declarado el ganador. Pero dos de los tres jueces lo vieron de otra manera. Bárbara Pérez anotó la pelea 115-113 para Rivera, mientras que George St. Aude (115-113) y Tamotsu Tomihara (116-111) a favor de Whitaker.
Whitaker excusó su pobre salida aludiendo a que sentía síntomas de la monga.

El resultado, por su parte, ha dejado un mal sabor en Rivera que perdura al presente. Por ello, presentó a Mauricio Sulaimán, presidente del CMB, una petición para se le reconozca de alguna manera que merecía ser el ganador. Rivera desconoce si tendrá éxito, pero al menos está conforme por haber iniciado la gestión.
“Aproveché los medios sociales para escribirle a Sulaimán para ver si me ayuda en la gestión. Gané esa pelea y siempre he tenido la motivación de hacer la petición”, dijo Rivera. “Es una espina que no me he podido sacar del corazón”.
Quiero que me den una faja para tener esa satisfacción personal, que el mundo sepa que gané esa pelea y tenerla para que mis hijos la guarden
-Wilfredo Rivera / Exboxeador
Rivera intentará seguir los pasos de Miguel ‘Zorro’ Santana, cuyos representantes apelaron una decisión adversa. En abril 11 de 1988, en Tacoma, Washington, Santana enfrentó a Grag Haugen por la faja ligera de la Federación Internacional de Boxeo (FIB). El combate fue detenido en el undécimo asalto por una cortadura que había sufrido Haugen. Originalmente, se anunció a Santana como el vencedor, pero momentos después fue despojado cuando uno de los jueces argumentó que se había equivocado en la anotación de sus tarjetas. La votación oficial quedó con Paul Weitzel favoreciendo a Santana 106-103, mientras que Tom McDonought y Paul Gibbs se inclinaron por Haugen 106-101 y 106-102, respectivamente.
Casi dos décadas después, la FIB reconoció a Santana como el campeón aunque nunca se le entregó un cinturón.
Rivera espera que su petición tenga un resultado diferente.
“Quiero que me den una faja para tener esa satisfacción personal, que el mundo sepa que gané esa pelea y tenerla para que mis hijos la guarden”, afirmó Rivera.
Cinco meses después, Rivera obtuvo una segunda oportunidad para destronar a Whitaker y, nuevamente, su intención se quedó corta.

Aunque Rivera confesó que no ha recibido una respuesta por parte de Sulaimán, tampoco pierde las esperanzas.
“Sería fantástico”, concluyó.
