Canastota, Nueva York. El moroveño Rafael González Robles viajó desde Puerto Rico hasta esta localidad con una misión: buscar que Miguel Cotto le firmara un güiro en el que una nieta suya plasmó una imagen del múltiple excampeón mundial.

Con ese en mente llegó hasta los terrenos en los que está enclavado el Salón de la Fama del Boxeo, donde ayer, viernes, Cotto participó de la actividad en la que le tomaron un molde de su puño con el que realizarán una réplica exacta de su mano izquierda.

Esa impresión, junto con la del resto de los expeleadores que serán exaltados mañana, domingo, al recinto de los inmortales del boxeo, pasarán a formar parte de la colección que posee esta institución.

“Yo quise venir porque él es mi ídolo. Es de los buenos. Por eso cayó en el Salón de la Fama”, declaró González Robles en una esquina del pabellón mientras sostenía el instrumento de percusión.

“Yo recuerdo todas sus peleas porque Cotto ha sido bravo. Puerto Rico ha tenido buenos boxeadores, pero él es uno de los buenos”, añadió el hombre que estaba acompañado de otros familiares.

González Robles, que también cargaba con dos fotos de peleas de Cotto, una de ellas de la segunda pelea del boricua contra el mexicano Antonio Margarito, no pudo conseguir la firma pues la fila de autógrafos era larga y el otrora peleador cagüeño se fue antes de que él pudiera llegar hasta el frente de la mesa. Sin embargo, no pierde las esperanzas de lograr la ansiada firma, pues estará en Canastota hasta el domingo.

¿Qué era lo más que le gustaba de Miguel Cotto?, se le preguntó.

“Qué peleaba y se iba a defender a Puerto Rico. Es de los buenos”, apuntó.

Posdata: Luego de la entrevista con Primera Hora, González Robles pudo conseguir -no solo el autógrafo- sino hasta una foto con un sonriente Cotto.

Miguel Cotto posa junto a Rafael González Robles.
Miguel Cotto posa junto a Rafael González Robles. (Suministrada)