BUENOS AIRES. La Confederación Sudamericana de Fútbol (CONMEBOL) postergó la final de la Copa Libertadores por falta de condiciones deportivas.

Boca Juniors solicitó el domingo la suspensión de la final de la Copa Libertadores ante River Plate y que se le dé por ganado el trofeo a causa de los graves hechos de violencia que sucedieron en la víspera, cuando el autobús que trasladaba al plantel boquense fue atacado por los fanáticos del equipo local con piedras y palos a pocas cuadras del estadio Monumental. 

La directiva boquense argumentó que su equipo no está en igualdad de condiciones de disputar la final ya que su capitán Pablo Pérez sufrió una lesión en el ojo por las astillas de los vidrios rotos del vehículo. 

“Luego de los hechos de violencia sufridos en las inmediaciones del estadio, de haber constatado la magnitud y gravedad de los mismos y las consecuencias que han generado en el plantel, Boca considera que esas condiciones no están dadas y solicita la suspensión del partido, así como la aplicación de las sanciones correspondientes”, expresó la entidad en un comunicado. 

Boca solicita la aplicación del artículo 18 del reglamento de la entidad sudamericana, el cual contempla la descalificación de un equipo y pérdida de puntos en caso de mal comportamiento de sus hinchas. 

River Plate y Boca Juniors, los dos gigantes del fútbol argentino y clásicos rivales, tenían previsto definir este sábado por primera vez en su historia el título de la Copa Libertadores. Pero la Conmebol postergó el encuentro para el domingo a causa de los graves incidentes que se desencadenaron a la llegada de los visitantes en el Monumental. De inmediato no se ha señalado una nueva fecha.

Videos viralizados en redes sociales mostraron cuando el vehículo, pese a estar custodiado por varias patrullas y motocicletas de la policía, fue impactado por proyectiles al pasar frente a un vallado detrás del cual había varios fanáticos de River. 

Varios jugadores de Boca sufrieron heridas cortantes y resultaron afectados por gases lacrimógenos lanzados por la policía para dispersar a los agresores. 

El capitán Pérez y el juvenil Gonzalo Lamardo fueron trasladados en ambulancia a una clínica privada. El primero sufrió cortes en el brazo y tenía lesionado un ojo por astillas de vidrios, según imágenes tomadas en el vestuario de Boca por allegados y difundidas en las redes sociales. En tanto a Lamardo, se le vio con problemas para respirar a causa de los gases. 

El violento episodio trajo a la memoria lo sucedido en los cuartos de final de la Libertadores de 2015 en el estadio la Bombonera. Simpatizantes locales lanzaron gas pimienta a los jugadores de River cuando salían por una manga hacia el campo de juego. Varios sufrieron lesiones en los ojos y tuvieron problemas para respirar. 

La Conmebol le dio por ganado el partido a River y sancionó a Boca con la suspensión de su estadio y una multa económica. 

Tras conocerse el comunicado de Boca, su rival publicó en su cuenta oficial de Twitter que "la apertura de las puertas del estadio Monumental es a las 13 horas". Varios miles de simpatizantes millonarios se encontraban en los alrededores de la cancha aguardando por ingresar.


Eduardo Berizzo, entrenador del Athletic Club de Bilbao y exjugador de River Plate, analizó los graves incidentes acaecidos el sábado en Buenos Aires que motivaron el aplazamiento de la final de la Copa Libertadores entre River Plate y Boca Júniors "como parte de un país que se avergüenza constantemente con episodios como este, pero que no logra ponerles fin".

"Lo sucedido ayer es una clara muestra de las equivocaciones que cometemos todos en nombre de la pasión del fútbol, del folklore, de los intereses creados, de la corrupción de algunos... Toda esta ensalada termina en lo que termina", reflexionó Berizzo tras el encuentro que enfrentó al Athletic con el Getafe en San Mamés.