Río de Janeiro.- La Copa Mundial de fútbol reafirmó hoy algo que los más conocedores de este deporte ya conocen: un partido sin goles puede traer una lluvia de emociones.

En el partido más electrizante en lo que va de torneo, Brasil y México empataron sin goles, 0-0, en su duelo del Grupo A disputado en la ciudad de Fortaleza.

Numerosas oportunidades, un ritmo de ida y vuelta, y la épica actuación del portero azteca Guillermo “Memo” Ochoa fueron los ingredientes de este juegazo, que deja con muchas mejores sensaciones a México que a los anfitriones de este torneo.

Sobre el papel, todo apuntaba a un favoritismo de Brasil. Pero México fue un digno rival que plantó cara, batalló en defensa, y hasta tuvo sus oportunidades para dar el campanazo.

El resultado deja a ambos equipos con cuatro puntos en el tope del Grupo A, el cual comparten con Croacia y Camerún, que perdieron en sus respectivos debuts y se miden mañana en Manaus. Brasil, por diferencias de goles, es primer lugar sobre México.

El ambiente antes del partido era uno de expectativa, y la fiesta latinoamericana se apoderó del Estadio Castelao. Contrario a como pasó en el partido inaugural en Sao Paulo, la marea “amarela” no se quedó con el estadio. Miles de mexicanos llegaron hasta Fortaleza, y varios parchos de rojo y verde evitaron que la instalación fuera dominada por los locales.

Los primeros minutos fueron un poco tímidos por parte de ambos equipos, pero una vez le cogieron el piso al encuentro, lo que siguió fue una primera mitad electrizante, de varias oportunidades de gol para ambos equipos.

La gran figura en esos primeros 45 minutos fue el arquero azteca Guillermo Ochoa, quien evitó un par de posibles goles brasileños. La primera gran atajada, tal vez la más impresionante en lo que va de torneo, ocurrió en el minuto 26 cuando Neymar ejecutó un perfecto cabeceo de balón. Pero Ochoa se estiró por completo hacia su derecha y logró, con una mano, sacar el balón que ya estaba por encima de la línea de gol.

El “Tri” no se quedó atrás, y José Vázquez lo intentó desde fuera del área en los minutos finales de la primera parte, pero el balón falló por muy poco el poste de la portería.

Mexico comenzó a mandar en la segunda parte. Se apoderó del balón, mientras que los motores ofensivos de Brasil, Neymar y Oscar, fallaban en encontrarse. Los aztecas en las gradas se lo gozaban, cantando el “Cielito Lindo” en varias ocasiones. Era un patrón de juego inesperado.

En la portería mexicana, Ochoa le daba la razón al técnico Miguel Herrera por escogerlo como titular. Lo de Ochoa fue para construirle una estatua, y su actuación será ampliamente comentada por los próximos días.

En el minuto 86, Ochoa volvió a crecerse para atajar un cabezazo de Thiago Silva en pase de Neymar, una de las oportunidades más claras del partido. Pero México tampoco dejó de jugar, y la emoción y sufrimiento se apoderó de los fanáticos hasta que sonó el silbato final.

Brasil y México regresan a la cancha el próximo lunes, cuando se midan con Camerún y Croacia, respectivamente, en el cierre del Grupo A.