
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 13 años.
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Múnich, Alemania— Una y otra vez, Chelsea caminó por la cornisa. Ante quizás la última oportunidad para su pelotón de jugadores treintañeros, el club inglés conquistó el sábado su primera corona europea al superar al Bayern Múnich en una definición por penales en la final de la Liga de Campeones.
Chelsea se impuso 4-3 en la tanda de penales tras un empate 1-1 en los 90 minutos reglamentarios.
Didier Drogba fue quien empató el duelo con un cabezazo a los 88 minutos, luego que Thomas Muller había adelantado al conjunto alemán con el mismo tipo de factura cinco minutos antes.
Todo se definió desde los 12 pasos, y Chelsea también remontó tras fallar el primero de los remates. Nuevamente fue Drogba, el eterno delantero marfileño de los Blues, el que metió el penal decisivo en el Allianz Arena, el feudo de Bayern.
Y no podía ser de otra manera para Chelsea, equipo acostumbrado a jugar sufriendo al máximo.
Cuatro años después de sucumbir por penales ante Manchester United en la final de Moscú, Chelsea se convirtió en el primer club de Londres que levanta una Copa de Europa.
Su tránsito en esta Liga de Campeones difícilmente será olvidado, desde que remontó un 3-1 en contra ante Napoli tras el choque de ida en los octavos de final y el eliminar en semifinales al campeón vigente Barcelona.
Para Bayern fue otra decepción, al no poder atrapar su quinta corona continental en su propio estadio. Perdieron su segunda final en tres años y ven lejos su última consagración, lograda en 2001.
La final en Munich fue más de lo mismo para Chelsea, reponiéndose del gol de Muller en el último tramo del tiempo reglamentario y luego cuando su arquero Peter Cech le tapó un penal a Arjen Robben cuando recién despuntaba el alargue.
Todo comenzó mal desde los 12 pasos. Philipp Lahm adelantó a Bayern y el portero Manuel Neuer le tapó el disparo a Juan Mata.
David Luiz, Frank Lampard y Ashley Cole, sin embargo, no volvieron a fallar. Mario Gómez y Neuer acertaron los siguientes remates alemanes, pero Cech le tapó el remate a Ivica Olic y Bastian Schweinsteiger estrelló el suyo en un palo.
Y luego fue el turno de Drogba para encargarse de poner punto final al drama y lo hizo con notable frialdad: le pegó a la derecha mientras Neuer se tiraba al lado contrario.
Chelsea puso broche de oro a una temporada traumática, en la que acabó sexto en la liga Premier, a una sideral diferencia de 25 puntos detrás del campeón Manchester City. Los Blues estaban obligados a ganar la final para disputar la próxima edición de la Champions, por lo que su triunfo dejó fuera de la siguiente edición al Tottenham, que finalizó cuarto en la Premier.
Los malos resultados en el torneo de liga inglés precipitaron el despido del joven técnico portugués André Villas-Boas, que no pudo siquiera completar su primer año.
Roberto Di Matteo se hizo cargo de la dirección técnica y el italiano revivió al equipo en la Liga de Campeones, aupado por la entrega de los veteranos Drogba, Cole, Lampard y John Terry.
Ellos lograron ganar tres ligas ingleses y varios torneos de copa doméstica, pero siempre faltó la Copa de Europa, el objetivo soñado por su propietario, el magnate ruso Roman Abramovich.
Terry se perdió la final por suspensión, al igual que su compañero en la zaga central Branislav Ivanovic y el mediocampista brasileño Ramires. Di Matteo se vio obligado a utilizar una zaga remendada, con el David Luiz y Gary Cahill como centrales, junto con el debutante absoluto en la Champions, Ryan Bertrand.