El Estadio de la Ciudad de la Educación en la ciudad de Rayán se tiñó de rojo y blanco curiosamente entre selecciones que comparten colores en su bandera nacional. Dinamarca y Túnez estrenaron hace uno días este nuevo recinto con una capacidad para 45 mil aficionados en el primer empate sin goles en Qatar 2022 por el grupo D.

Todas las miradas se centraron en Christian Eriksen. El futbolista vuelve a disputar una Copa del Mundo luego de pasar un momento difícil en la última edición de la Eurocopa. A raíz de paro cardíaco se desvaneció en plena cancha y estuvo cinco minutos clínicamente muerto según los médicos que lo atendieron causando conmoción en el mundo entero.

Un año y cinco meses después de aquella situación, y con un desfibrilador en el corazón Eriksen es hoy el líder de Dinamarca en una nueva Copa del Mundo y capitán. Un regreso soñado y lleno de significado para el futbolista que por poco pierde la vida. “Ahora me siento físicamente mejor que antes de mi accidente”, sentenciaba horas antes del partido de la semana pasada.

Y al parecer el futbolista no es el único que nota este cambio. Morten Wieghorst, asistente técnico de Dinamarca comentaba hace unos días que Eriksen se encuentra incluso mejor que antes de ese momento: “Aporta visión, calidad técnica y goles. Es fundamental para nosotros, un jugador fantástico”, aseguraba la mano derecha Kasper Hjulmand, entrenador de la selección.

Bajo el cielo de Qatar el jugador danés fue el mejor de su equipo con una Dinamarca que nos trajo recuerdos del debut de Perú en Rusia 2018. Schmeichel, Christensen y Eriksen estuvieron en el once titular para ese primer partido ante Túnez hace unos días, repitiendo sus funciones del último Mundial.