Los jugadores se han arrodillado, han mostrado carteles con consignas y exigido medidas para acabar con el racismo en el fútbol.

La extraordinaria decisión de los futbolistas de Paris Saint Germain y del Basaksehir turco de abandonar el terreno de juego en protesta por un presunto gesto racista puede haber sido la gota que colmó el vaso.

El cierre de un año lleno de gestos contra la discriminación y las injusticias raciales produjo tal vez la demostración de solidaridad más fuerte jamás vista en un estadio durante un partido de la Liga de Campeones.

“Este puede ser un punto de inflexión en Europa”, afirmó Piara Powar, director ejecutivo de la red Fare, que combate la discriminación, en declaraciones a The Associated Press. “Muchos jugadores están hartos de medidas a medias para frenar el racismo y más preparados que nunca para hacer uso de su derecho a interrumpir un partido”.

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El detonante se produjo a los 14 minutos, cuando el cuarto árbitro, el rumano Sebastian Coltescu, fue acusado de usar una expresión racista para identificar a Pierre Webó, auxiliar del técnico del club turco, que estaba siendo expulsado por su comportamiento en el banco. Webó es de raza negra.

“Eres un racista”, le dijo el técnico turco Okam Buruk a Coltescu.

Un furioso Webó exigió una explicación a Coltescu, diciéndole al menos seis veces “¿por qué me dijiste negro?”.

El episodio fue transmitido en vivo a todo el mundo.

“¿Por qué tienes que decir ‘este negro’?”, preguntó el suplente del equipo turco Demba Ba, quien es de raza negra.

La red Fare ayuda a la UEFA a juzgar los episodios de discriminación como el del martes en el estadio Parc des Princes.

“Nuestros colegas de la organización antidiscriminatoria estatal de Rumania confirmaron que identificar a un jugador por su raza es una actitud racista en Rumania”, expresó Powar. “No hay ambigüedad alguna. Este incidente revela que hay que ofrecer mucha más capacitación a los árbitros. El racismo sin intención es de todos modos racismo”.

Las manifestaciones racistas en el fútbol generalmente vienen de las tribunas, pero en casi todos lados se está jugando sin público por la pandemia del COVID-19.

Los incidentes que más repercuten tienden a poner de manifiesto las respuestas inadecuadas a este flagelo, como ocurrió en la liga portuguesa en febrero.

El delantero de Porto Moussa Marega pidió ser reemplazado tras ser blanco de insultos de tono racista de parte de los aficionados en un partido contra Guimarães y enfiló hacia el banco. Pero sus propios compañeros y también jugadores rivales lo frenaron.

El árbitro amonestó a Marega por negarse a seguir jugando, una medida que desalienta a cualquier jugador que quiera abandonar el terreno de juego.

“Si las personas a cargo no pueden dar el ejemplo con su propio comportamiento, no se puede esperar que lidien con el racismo en el terreno de juego o en las tribunas”, expresó Powar.

El partido en París se reanudaba el miércoles con un nuevo equipo de árbitros.

“La decisión de los jugadores de abandonar el terreno de juego es un paso en la dirección indicada”, opinó el exdefensor de Manchester United Rio Ferdinand en declaraciones al canal BT Sport. “Pero es algo que no tendrían que decidir ellos”, agregó, dando a entender que el propio árbitro debería tomar esa medida.