Luego de poco más de una cuarta parte del calendario transcurrido, la temporada 2020 ha producido puntos a un ritmo nunca antes visto. Aaron Rodgers y los Packers de Green Bay han sido importantes contribuidores.

Green Bay, la ofensiva más productiva de la NFL con 38 puntos por encuentro, viaja a Tampa Bay para un duelo ante Tom Brady y los Buccaneers.

En la brillante trayectoria de ambos pasadores, se combinan para cinco premios MVP, cinco nominaciones All-Pro, 22 viajes al Pro Bowl, siete anillos de Super Bowl y un futuro compartido en el Salón de la Fama. Tan sólo en 2020, Rodgers y Brady acumulan en total 25 pases de touchdown.

Rodgers y Brady, miembros de una exclusiva elite de quarterbacks, se han enfrentado en apenas dos ocasiones como titulares en su ilustre carrera. El primer duelo fue un triunfo de Rodgers y Green Bay 26-21 en Lambeau Field en 2014 y cuatro años después Brady cobró venganza de esa afrenta al llevar a los Patriots a una contundente victoria 31-17 en Foxboro.

El tercer enfrentamiento promete ser memorable. Los Packers llegan invictos y buscan su primer inicio de 5-0 desde 2015 gracias a una potente ofensiva y su capacidad para no entregar balones. Pero su defensiva será puesta a prueba por Brady y el wide receiver Mike Evans, quienes se han combinado para seis anotaciones, incluyendo al menos una en cada cotejo de la actual campaña.

La defensiva de Tampa Bay, con la nada envidiable tarea de contener a Rodgers, llega el encuentro del domingo en la próxima sede del Super Bowl como la octava mejor de la NFL, al permitir 20 o menos puntos en tres de sus cinco encuentros de la campaña, sin embargo, esas actuaciones fueron ante ataques inferiores como Carolina, Denver y Chicago, Green Bay será una auténtica prueba para los Buccaneers.

Los Packers han demostrado en la actual temporada que su pase a la final de la Conferencia Nacional la campaña anterior no fue obra de la casualidad. Sus cuatro victorias este año han sido por un margen promedio de casi 13 puntos, gracias al balance que le brinda el running back Aaron Jones (seis touchdowns) a un ataque que ha despejado apenas siete veces en lo que va de temporada.

Browns intentarán cambiar la historia

Los Browns de Cleveland gozan de su mejor inicio desde 1994, cuando el coach Bill Belichick llevó a la franquicia a su más reciente triunfo de playoffs, una temporada que culminó precisamente con una derrota en la ronda divisional a manos de los Steelers de Pittsburgh.

Aquel triunfo 29-9 de los Steelers en enero de 1995 es tan solo un capítulo en una añeja rivalidad que se extiende por 134 duelos. El encuentro del próximo domingo en Pittsburgh cuenta con los ingredientes para convertirse en un episodio memorable.

A pesar de que los Browns vienen de anotar al menos 30 puntos en cuatro partidos consecutivos, primera vez en la historia de la franquicia de 1968, todas las miradas podrían estar dirigidas a uno de sus jugadores defensivos, el estelar defensive end Myles Garrett, quien se enfrentará por primera vez a Pittsburgh desde que protagonizó una trifulca la temporada pasada en la que golpeó al quarterback Mason Rudolph con su propio casco, lo que le valió una suspensión por el resto del calendario.

Garrett, sin embargo, no se encontrará directamente por Rudolph, quien retomó su lugar en la banca para abrirle paso a Ben Roethlisberger. El pasador de Pittsburgh ha tenido un excelente inicio de campaña — 10 pases de TD y una intercepción — luego de ausentarse 14 juegos la temporada anterior por una lesión en el codo.

La defensiva de Pittsburgh, quinta mejor de la NFL en 2020, mantiene un dominio estadístico en la primera porción del calendario actual. Sin embargo, Cleveland significará su primera prueba de importancia luego de sólidas, aunque no dominantes, actuaciones ante equipos con récord combinado de 3-15-1.

Claramente, los Browns no encajan en esa categoría. Armados con el mejor ataque terrestre de la NFL, el quarterback Baker Mayfield y el wide receiver Odell Beckham — cada vez en mayor sintonía — han encontrado el complemento perfecto. La defensiva de Cleveland les ha facilitado buena parte del trabajo al encabezar a la liga con 12 robos de balón, dándole a Mayfield y al ataque del debutante coach Kevin Stefanski posición de terreno privilegiada para explotar su arsenal.