Sao Paulo. Lionel Messi es el llamado a ocupar el trono del fútbol argentino que dejó vacante el mítico Diego Armando Maradona tras su retiro de las canchas hace casi 20 años.

De cierta manera, ya Messi ocupa ese privilegiado lugar. Lo ha ganado todo a nivel de clubes con el FC Barcelona, y sus cuatro premios de Balón de Oro lo colocan en el Olimpo histórico del deporte. No obstante, Messi aún tiene una deuda pendiente con Argentina. Ese Messi laureado, el de los trofeos, aún no se ha hecho grande, inmortal, con el uniforme de la Albiceleste.

Todo lo contrario de Maradona, quien ganó la Copa Mundial de 1986 y, al día de hoy, es una deidad en Argentina, recordado y alabado en todos los partidos de la Albiceleste, ya sea por cánticos o cartelones.

En Brasil, Messi disputa su tercer Mundial. Sin embargo, era apenas un “pibe” de 19 años cuando debutó en este escenario en Alemania de 2006, y no fue hasta Sudáfrica 2010 que llegó como una estrella establecida. Para la mala fortuna de Messi y de toda Argentina, los gauchos se despidieron de Sudáfrica 2010 en cuartos de final tras una goleada de 4-0 ante Alemania, y “la Pulga” no marcó un gol en todo el certamen.

Messi quedó señalado por la prensa argentina, que entendía que el estelar delantero no traía su juego del Barcelona a su selección.

Todo eso ha quedado atrás en Brasil. Messi suma cuatro goles en cinco partidos y fue elegido en los primeros cuatro compromisos como el Jugador del Encuentro.

En la victoria del sábado sobre Bélgica, Messi igualó a Maradona en partidos con la selección, 91 en total. Mañana, miércoles, Argentina enfrentará a Holanda en la segunda semifinal de esta Copa del Mundo y Messi buscará llevar a Argentina a su primera final desde 1990, cuando Maradona vestía el número 10 de la Albiceleste.

El delantero, natural de Rosario, transmite confianza en esta Copa. Se ha demostrado sincero y hasta hablador en sus conferencias de prensa, algo inusual, considerando que Messi es un hombre de pocas palabras y que se siente más cómodo con un balón, no con un micrófono. Pero su sueño de alzar la Copa luce más genuino que nunca.

“Es algo que sueñas desde que eres chico. Yo le pregunté a Xavi, Iniesta y Piqué (de España) qué se siente levantar la Copa. Pero me dijeron que es algo que no pueden poner en palabras. Estamos haciendo todo lo que podemos para hacer el sueño realidad”, expresó Messi en reciente encuentro con los medios.

La actuación de Messi en Brasil ya ha evocado comparaciones con el papel que jugó Maradona en la última Copa Mundial conquistada por Argentina.

“Maradona fue un muy importante jugador para Argentina en 1986, y Messi es muy importante para nosotros ahora”, dijo el director técnico de Argentina, Alejandro Sabella, en reciente conferencia de prensa.

Mientras, el ex futbolista argentino Jorge Valdano, que estuvo en el equipo de 1986 junto a Maradona, también vio similitudes.

“El equipo sabe convivir con un genio. Ahí tenemos ya dos puntos que acercan a los dos equipos”, dijo Valdano, citado por la agencia de noticias DPA.

Aún le falta

Maradona no solo ganó una Copa Mundial, sino que según las estadísticas de FIFA, sumó ocho goles en 21 partidos en este escenario. Ningún argentino ha jugado más juegos mundialistas que Maradona, que participó en cuatro torneos, aunque en Estados Unidos 1994 fue separado del equipo en la fase de grupos tras fallar una prueba de dopaje.

Messi, por su parte, participa en su tercer Mundial y acumula cinco dianas, cuatro de ellas aquí en Brasil. Su participación ha resultado en que las críticas en su propio país se apaguen, y toda Argentina sueña ahora con la final del Maracaná el próximo domingo. Quién sabe, tal vez cuando todo acabe el próximo domingo, ya Messi habrá igualado a “D10S”.

Lo que sí es seguro es que con el brasileño Neymar lesionado, el portugués Cristiano Ronaldo eliminado desde la fase de grupos y la nueva sensación colombiana James Rodríguez ya en casa, todos los ojos estarán sobre el único crack que queda en el torneo. La pelota está en la cancha de Messi, y por lo que hemos visto en este torneo, todo apunta a que hará maravillas con ella.