RIO DE JANEIRO -- El estadio Maracaná sigue a oscuras, una semana después que le cortaron la luz, mientras continúa una disputa sobre quién paga una deuda de electricidad de un millón de dólares.

El servicio eléctrico fue cortado la semana pasada, y la compañía Light dijo que no restablecerá el servicio hasta que alguien pague.

El consorcio que administra el estadio debe la cuenta, aunque la está disputando, dijo Light en un comunicado a The Associated Press.

Indicó que parte de la deuda es de los organizadores de los Juegos Olímpicos, que utilizaron el famoso estadio para las ceremonias de apertura y clausura, además de partidos de fútbol.

El estadio empezó a deteriorarse después de los Juegos. En semanas recientes, se robaron televisores de los palcos, hubo actos de vandalismo en las gradas y el césped se estropeó por la falta de agua.

Por ahora no hay actividades planificadas para el estadio, que fue sede de las finales de los mundiales de 1950 y 2014.