Cuando Neymar se preparaba para su primer Mundial en Brasil 2014, el ruido mediático en torno a su figura era mayúsculo.

Recién se había mudado del Santos al Barcelona como uno de los jugadores jóvenes más prometedores del mundo. Y había impresionado tempranamente en el club catalán, ganándose rápidamente el estatus de estrella mundial.

La pregunta frecuente en aquel entonces era cuándo -y no si- Neymar se coronaría el mejor futbolista del mundo.

Sin embargo, ocho años después las cosas han cambiado considerablemente. El brasileño se mantiene entre los jugadores top del mundo, pero no ha logrado cumplir plenamente con las expectativas que surgieron con su traspaso de alto perfil a Europa.

Neymar perdió visibilidad tras su llegada al París Saint-Germain en 2017. Ha pasado tiempo desde la última vez que estuvo en consideración para los premios a mejor jugador del año.

Sus actuaciones con Brasil en mundiales han decepcionado desde 2014, cuando lo sacaron de la cancha en camilla por una lesión en la espalda en los cuartos de final.

En Rusia 2018, Neymar se agachó en el campo y miró con incredulidad mientras los jugadores de Bélgica celebraban el triunfo sobre Brasil en la ronda de los últimos ocho.

Fue vital para Brasil cuando ganó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, una hazaña que se celebró en todo el país y le valió elogios generalizados.

Pero a los 30 años, las preguntas que rodean a Neymar antes de la Copa del Mundo de Qatar son un poco diferentes.

¿Cometió un error al dejar el Barcelona por el PSG? ¿Está siendo eclipsado por Lionel Messi y Kylian Mbappé? ¿Su mejor momento ya pasó?

Pero a Neymar la única pregunta que realmente le importa es si podrá liderar a Brasil a su primer título mundial en 20 años.

No quiero que esta copa se me escape”, dijo Neymar a principios de este año. “No quiero dejar que esta oportunidad se me escape de las manos. Estoy haciendo todo lo posible para prepararme, física y mentalmente. Es mi mayor sueño ahora mismo. Estoy enfocado en ganar este título”.

La Copa del Mundo de este año podría significar una redención para Neymar y si encuentra la manera de llevar a Brasil al título en Qatar lo más probable es que su nombre vuelva a estar en lo más alto de las listas de premios.

Daré mi vida por la Copa del Mundo”, dijo Neymar en una charla virtual con el exmediocampista de Brasil, Diego Ribas. “Es un momento único. He estado en dos mundiales y sé cómo funciona. Todo pasa muy rápido y si no estás al 100%, si no estás preparado, la oportunidad te pasa de largo”.

Neymar, quien confesó cuando era más joven que su sueño era convertirse en el mejor jugador del mundo, se está destacando otra vez esta temporada y es uno de los líderes de un PSG que espera poder ganar su primera Liga de Campeones.

Llega a la Copa del Mundo -que no descartó sea la última de su carrera- como uno de los jugadores en mejor forma.

“Ahora mismo vuela”, reconoció Tité, el técnico de Brasil.

Neymar aparentemente no se ha visto afectado por el reciente juicio por fraude en la transferencia del Santos al Barcelona en 2013. Él y su padre están acusados de ocultar el monto real de la transferencia.

El jugador podría enfrentar una pena de dos años de prisión si es declarado culpable pese a que algunos cargos fueron retirados.

Sin duda, Tité confía en el 10 para tomar el timón y dirigir a Brasil en Qatar con la esperanza de que su talento -y ahora más maduro- finalmente marcará la diferencia y le dará la oportunidad de ganar a la selección su primer mundial desde 2002, cuando Neymar tenía 10 años.

Y con suerte para Brasil, en lugar de dejar el campo en camilla como en 2014 o ver a los oponentes celebrar como en 2018, Neymar terminará su carrera en la Copa del Mundo levantando el trofeo para su equipo y su gente.