
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 17 años.
PUBLICIDAD
La realización de una película sobre el caballo Zippy Chippy se mantiene aún en vías de ser una realidad tal como lo dio a conocer a PRIMERA HORA quien fuera el propietario y entrenador del ejemplar de carreras que ganó gran notoriedad en la hípica norteamericana.
Zippy Chippy se hizo famoso por alcanzar las cien participaciones en carreras oficiales celebradas en hipódromos del este de Estados Unidos sin obtener victoria alguna, lo que lo colocó en su momento como el poseedor de la marca moderna de más carreras sin ganar.
Su propietario y preparador, el boricua Félix Monserrate, quien se encuentra radicado en Rochester, Nueva York desde hace más de 20 años, estuvo de visita en la Isla durante la pasada semana aprovechando el periodo navideño.
Monserrate, quien cambió su trabajo como hojalatero para convertirse en entrenador hípico, dijo que hay planes concretos para la realización de una película sobre su famoso caballo, cuya participación fue vedada en el hipódromo Finger Lakes, de Nueva York, cuando en tres ocasiones confrontó problemas para emplearse luego de arrancar.
“Se está preparando todo para eso (la película). Se supone que estaba todo listo para hacerla. Antonio Banderas será quien haga el papel del dueño y entrenador del caballo”, comentó Monserrate, quien dijo tener un contrato con el productor de la película, de parte de quien recibe una compensación anual para mantener los derechos, sin ofrecer más detalles.
“Me han llamado otras compañías como Walt Disney, pero no puedo hacer nada con ellos por el contrato que tengo”, indicó Monserrate, quien dijo que guarda gratos recuerdos del caballo que sin haber ganado una sola carrera “ha sido fotografiado más de mil veces”.
Zippy Chippy, un hijo del semental Compliance en la yegua Listen Lady, por Buckfinder, debutó a sus tres años en Belmont Park, Nueva York, arribando octavo en una carrera para ‘maidens’ el 13 de septiembre de 1994.
Desde ese momento inició su fatal historial que incluye ocho segundos lugares y 12 terceros en las 100 participaciones oficiales que tuvo con $30,834 en premios.
Su última carrera la hizo en el hipódromo Northampton, una feria ubicada en el “Three County Fairgrounds” en Northhampton, Massachussets, el 10 de septiembre de 2004, curiosamente terminando también en la octava posición.
“Ese caballo fue originalmente de un boricua que se llamaba Luis Huertas que pasó a trabajar conmigo a mi cuadra en Finger Lakes. En una ocasión Luis decidió ir a la Florida, pero no tenía vehículo y yo le cambié una guagua que tenía por el caballo”, recordó Monserrate, natural de Río Piedras e hípico desde adolescente.
Así comenzó Monserrate a llevar a Zippy Chippy a competir en eventos sin sospechar que el ejemplar se convertiría en una atracción a medida que continuaba aumentando su historial de perdedor.
“Yo intenté en algunas ocasiones salir de él, de venderlo, pero nadie lo quería porque era un caballo que pateaba y mordía mucho y a nadie le gustaba por ser muy nervioso. Pero en una ocasión una hija que tengo se me perdió en la cuadra y cuando la encontramos estaba dentro de la jaula de Zippy Chippy y los dos estaban muy tranquilos”, dijo.
“Desde ese día en adelante, el caballo se convirtió en la mascota de la familia y me quedé con él. No intenté venderlo más. Seguí corriéndolo siempre con la esperanza de que ganara”, añadió el veterano hípico, quien guarda una estrecha amistad con el también entrenador Rafael Rohena.
“Cuando llegó a pasar de las 80 carreras, empezó a salir en los periódicos y el hipódromo Finger Lakes no estaba de acuerdo con que corriera más. Yo seguí entrenándolo escondido por las mañanas, pero empezó a no emplearse cuando arrancaba. Lo hizo tres veces y ahí el hipódromo decidió que no podía correr más allí”, recordó Monserrate.
La notoriedad de Zippy Chippy es tal que el ejemplar fue considerado por la revista norteamericana People como una de las personalidades más interesantes del año 2000 convirtiendo también a Monserrate en una figura famosa a menor escala.
“Él no era un mal corredor. Con todo y lo malo que dicen que era me dio muchas satisfacciones. Es un ejemplo de motivación. Hasta de una escuela en Londres me llamaron en una ocasión para entrevistarme por teléfono y hablarle a unos estudiantes que ven al caballo como un ejemplo de perseverancia para no rendirse en la vida y en sus aspiraciones”, dijo el pintoresco dueño de caballos.
Monserrate, quien porta siempre una gorra con el nombre de Zippy Chippy bordado, dijo además que en Rochester, Nueva York, hay un hospital en el que el caballo ha sido llevado como estímulo para los recluidos allí.
“El caballo marcó sus cascos delanteros en una placa de cemento en el hospital como hacen las estrellas de Hollywood. En ese hospital cuando los enfermos mejoran les regalan una medallita con el nombre del caballo como premio por su motivación para recuperarse”.
“Ese caballo me da hado mucha alegría. Aunque no ganaba, había mucha gente que iba al hipódromo a verlo. Llegó a participar en carreras de exhibición contra tres peloteros y contra caballos de trote. Perdió una vez contra un pelotero dominicano”, recordó Monserrate, quien en su visita al hipódromo Camarero en la mañana del miércoles fue a la cuadra de Doña Chepa, la yegua que ostenta la marca mundial de 128 carreras sin ganar.
“Creo que lo de Doña Chepa es lo mejor que ha pasado. Hay veces que la gente piensa que cuando un caballo no produce hay que salir de ellos. El dueño de Doña Chepa tiene que ser una persona a la que debe gustarle esto demasiado para no salir de sus caballos. Le tengo un respeto muy grande”, dijo.
“Esto es un negocio, pero también es un deporte y el factor humano está muy envuelto. Para mí, el dueño de Doña Chepa tiene que ser importante en la hípica”, puntualizó Monserrate, quien partiría hoy de regreso a Nueva York.