Lares. Este no es el diciembre que los galleros querían ver llegar.

El diciembre que los participantes de esta industria querían recibir era el tradicional: el de las fiestas, el de contar los días para la celebración del nacimiento de Jesús, y el que impulsa a todos felices hacia al Nuevo Año. Como todos los años, miraban al diciembre  del bono navideño y al de la esperanza de que en el año nuevo habrá una mejor casta de gallos.

Pero este diciembre del 2019 llegó para los galleros con el conteo regresivo de los días 20 días que le quedan para echar a pelear   a sus aves de manera legal antes de que entre en vigor la ley federal que prohibirá las peleas de gallos en la Isla.

Consciente de esto, Primera Hora visitó el domingo la gallera Los Muchachos de Lares para conocer como está el ambiente entre los amantes de este juego  arraigado en la cultura boricua ante la llegada de este diciembre que puede ser para la historia.

¿Cómo están los galleros con la llegada de este diciembre único? Las respuestas a esa preguntan variaron en cuanto a lo dramático, pero todas parecieron recoger un mismo sentimiento, uno de consternación.

“Estamos todos consternados por lo que nos queda. Nos quedan pocos días”, dijo la gallera Lizaida Ramos, de Lares.

Decenas de galleros fueron a jugar a la gallera Los Muchachos de Lares. Así lo hicieron también en otras partes de la Isla, tal cual sucedió en la cercana gallera de Bayaney en Hatillo.

 Al menos por el domingo,  los galleros olvidaron por un espacio de cuatro a cinco horas en las que echaron a pelear a sus gallos que a partir del 21 de diciembre su pasión pasará a ser considerada una actividad ilegal a nivel federal. 

La fatídica fecha, sin embargo, regresaba a sus mentes a la salida de la gallera.

“Es difícil porque llevo toda una vida en esto. Juego por deporte. No es que venga buscarme cierta cantidad de dinero. Juego porque me encanta el combate. Es triste. En verdad, para mí nos han dado un golpe bien bajo”, dijo al gallero Luis Pérez, de Camuy.

La ley que establece  la prohibición, conocida como la Ley Agrícola del 2018 (Farm Bill) de los Estados Unidos entrará en vigor el 21 de diciembre, cuando termine la moratoria de un año que le adjuntaron a la ley en su firma. Ese día habrá terminado en Puerto Rico una tradición multicentenaria y comenzará para otros un periodo de clandestinidad para continuar la tradición.

Los Muchachos y su administrador, David ‘Buster’ Pérez López, están agregando días a su calendario de jugadas antes de que llegue el ‘dichoso’ 21 de diciembre.

Claman por ayuda de la gobernadora

“Ahora está todo el mundo desesperado; todo el mundo quiere jugar gallos. Voy a jugar un martes salteado, un domingo salteado. He tenido que hacerlo. Hay otras galleras que están abriendo un día adicional a sus eventos”, dijo Pérez López, quien le ofreció  por este medio a la gobernadora Wanda Vázquez Garced los  votos de los galleros ante una posible candidatura suya a la gobernación si saca la cara y ayuda a mantener las peleas de gallos legales en Puerto Rico.

La esperanza, sin embargo, está latente entre los galleros. Aunque poco, la comunidad espera que en cualquier momnento surja otra moratoria o un milagro para poder seguir jugando sus gallos sin consecuencias legales

“Yo no las he perdido. Hay muchos que sí. Dios no se mete en esto de juegos, pero tenemos esperanzas de que Dios nos ayude y que podamos continuar con esto”, dijo Ramos.

Todos los beneficiarios indirectos de la industria gallera seguían el domingo sacando sus provechos a la actividad en Los Muchachos. Bien activas estaban en sus ventas las cantinas y cafeterías, los servicios de curandería y armadura de los gallos, entre otros.

Incluso, en las afueras de la gallera estaba operando un vendedor ambulante de medicamentos para gallos. El comerciante no quiso hablar para la prensa, pero sí quiso mostrar voluntariamente los documentos, patentes municipales y gubernamentales que paga para tener su negocio y aportar al fisco.

“Nos tendremos que ir al río”

En medio de un evento que transcurría con su normalidad, como de seguro estaba sucediendo en múltiples de galleras del País, también existía un sentimiento de tristeza honda en el alma de los jugadores. 

“El sentimiento nuestro es como si nos hubiesen ido a matar porque ahora mismo el entretenimiento nuestro es este. Aquí siempre están hablado de política y ahora nos quitan los gallos. ¿Qué quieren que hagamos? Nos tendremos que ir al río”, dijo el gallero José Manuel Casiano Rivera, de Orocovis.