Andre Agassi admite que utilizó metanfetaminas "por un año"

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 16 años.
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Nueva York.- Andre Agassi utilizó crystal meth periódicamente durante "más o menos un año", reveló el tenista en una entrevista con la revista People. En su autobiografía que está a punto de salir a la venta, el ganador de ocho torneos de Grand Slam confesó haber usado crystal meth en 1997 y que arrojó positivo en una prueba de dopaje, un resultado que según el estadounidense fue descartado porque mintió al decir que ingirió la droga sin querer. "Si vas a contar tu historia, tienes que ser honesto", dijo Agassi a la más reciente edición de la revista. "Especialmente si se va a llamar 'Open' (Abierto)". En nuevos extractos del libro revelados hoy, viernes, Agassi dice que utilizó una peluca que casi se cayó en el Abierto de Francia de 1990, se puso celoso por la aparición de su ex esposa Brooke Shields en el programa "Friends", y que Shields puso una foto de Steffi Graf —ahora esposa de Agassi— en el refrigerador como motivación para estar en mejor condición física antes de su boda. "Ella dijo que es una foto de la mujer perfecta", escribió Agassi. "La mujer perfecta con las piernas perfectas — las piernas que Brooke quiere". Agassi también explica cómo empezó a salir con Shields poco después de la Navidad de 1993 y lograron una conexión al compartir sus experiencias con sus padres controladores. También revela que se fue furioso del set de "Friends" por los celos que le ocasionó cuando Shields tuvo que lamer la mano del actor Matt LeBlanc. "Toma más mano. Yo me largo", escribió Agassi, quien dijo que consultó con Shields sobre el libro. "Muchos de nuestros recuerdos son los mismos, pero no las interpretaciones", le dijo Agassi a la revista. "Traté de ser más riguroso conmigo mismo que con los demás". Las cámaras también atormentaban a Agassi. El hermano del astro del tenis tuvo que salir corriendo por París para encontrar alfileres para evitar que se cayera la peluca de pelo parado antes de un partido en el Abierto de Francia de 1990. "Por supuesto que pude haber jugado sin mi peluca. Pero después de meses de escarnio, críticas, burlas, ya estaba muy afectado", escribió. "¿La imagen lo es todo? ¿Qué dirían si supieran? Gane o pierda, no hablarían de mi juego. Sólo hablarían de mi pelo. Puedo cerrar los ojos y casi escucharlos. Y sé que no podría soportarlo".