Bien lo dice un proverbio árabe: “quien quiere hacer algo encuentra un medio; quien no quiere hacer nada encuentra una excusa”. 

Esa muy bien podría  ser la línea que inspira a Alberto Martínez Rivera, un estudiante-atleta de los Gryphons de la Caribbean University, quien se han negado a buscar excusas para cumplir con sus responsabilidades como estudiante y fútbolista. 

El estudiante de tercer año en Justicia Criminal decidió buscarle una solución a su problema de transportación hacia la universidad y sobre todo para cumplir con sus compromisos de la temporada de fútbol de la Liga Atlética Interuniversitaria (LAI). Éste no dudó en transportarse a la universidad en el medio de transporte que conoce esta Isla desde los años en que fue colonizada, a caballo.

Y vaya que se ha convertido en una gran inspiración para todo el que conoce su historia.

“Para cumplir las metas, hay que cumplirlas. Si no hay un remedio, yo busco la manera. En mi caso, no tenía como llegar a los fogueos y prácticas por un tiempo, y la forma que me moví, me transporté, fue montando un caballo. Siempre buscando la forma de cumplir a la universidad y como atleta”, contó Alberto al lado de su ejemplar Travieso durante una parada que realizó bajo un árbol en la avenida Los Dominicos de Bayamón durante un recorrido que hizo desde su casa en el barrio Pájaros de Toa Baja  hacia el Bayamón Soccer Complex, donde jugaría un partido de la fase cuartos de final del fútbol de la LAI, y que estaba siendo documentado en fotos y vídeo para Primera Hora y primerahora.com.

La parada es una de varias que hace en cada trayecto que realiza a caballo para cuidar valioso animal. En la parada Martínez le da agua a Travieso y él aprovecha para también hidratarse en ruta hacia el complejo deportivo.

El viaje que Primera Hora documentó comenzó a las 11:40 a.m. en la Calle 3 del barrio Pájaros. A Alberto lo despidieron de allí con sus debidas bendiciones sus abuelos, Felipe Vargas y Aurea Ríos, y su padre Alberto Martínez.

“Ve con Dios”, le dijeron cuando Martínez comenzó a cabalgar llevando puestas unas botas de cuero heredadas de su abuelo, quien es paciente de Alzheimer, además de llevar un sombrero de vaquero y mahón azul claro. Mientras,  la camisa que llevaba fue una camiseta de los Gryphons y una mochila con todo su equipo deportivo y los elementos de  hidratación para él y su caballo. 

La ruta recorrida incluyó tramos de la PR  863, la PR 862 en dirección hacia la avenida Los Millones (PR 861),  la calle Hiram González dejando al fondo el reloj de su alma mater, la calle 25,  y la desafiante  PR 167. 

Alberto y Travieso galoparon tranquilamente pasando por frente de la Caribbean para luego doblar a mano izquierda en la marginal PR 167 sur enlazándose nuevamente con la avenida Los Millones que lo llevaría a  la avenida Zinia, que pasa por debajo de los puentes de la PR 5. 

A su mano izquierda ya se podía distinguir el letrero de su destino. Para su alivio,  refrescante y leves lloviznas lo recibieron cruzando la entrada del complejo  a la 1:50 p.m. Finalmente, Travieso fue amarrado en un árbol designado por los administradores de las instalaciones deportiva. El joven se incorporó con sus compañeros de equipo entre risas, comentarios jocosos y vacilones por su llegada a caballo para disfrutar del partido de la Universidad del Sagrado Corazón y la Universidad Interamericana, en lo que llevaba su turno a las 3:30 p.m. ante la Universidad del Turabo.

Para el entrenador de Caribbean, Maximiliano Torlacoff, su pupilo es un modelo de responsabilidad y compromiso para su equipo. 

“Ha servido como símbolo y como demostración de su compromiso, y esa responsabilidad a la hora de entrenar y jugar. Se vive todo lo que hace. Incluso la pasión por sus caballos y dentro de la cancha defiende cada pelota como si fuera la última”, puntualizó Torlacoff, quien en el pasado jugó para los Gallitos de la Universidad de Puerto Rico de Río Piedras. 

Dos compañeros del onceno vino y azul coincidieron con su entrenador sobre el ejemplo que es Alberto para ellos. 

“Verlo llegar a caballo fue una enseñanza brutal para mí. Es una enseñanza sobre el compromiso. Ver personas que tienen auto que por  “x” o “y” razón no llegan, o ver personas que por cualquier  tontería no quieren llegar para el compromiso. Él viviendo lejos de aquí, llega al compromiso a caballo, pero llega. Eso nos demuestra que tiene compromiso con la institución dentro y fuera del campo. Se aprecia y se valora mucho”, dijo el defensa, Wellin Balbuena.  

El mediocampista Luis Cruz abundó que cuando lo vio llegar por primera vez a caballo le dio “mucha risa. En cualquier momento le gritó ‘Gringo’,  como lo llamamos,  te esperamos allá (cuando le pasan por el lado en carro) como apoyo”. 

Alberto describe que su viaje a caballo es un “paseo” que lo “disfruto mucho” y “me ayuda mucho mentalmente”. 

Le preguntamos  si sentía vergüenza  por llegar a caballo a la universidad o los partidos en tiempos modernos, y éste contestó rotundamente  “en ningún momento me abochorno”. 

El gryphon cuenta con promedio académico de 3.06. Su sueño es convertirse en veterinario. Desea mantener el negocio de cría de caballos que heredó de su abuelo Felipe. El joven no descarta seguir utilizando sus caballos para cumplir con sus responsabilidades académicas y deportivas. 

El próximo encuentro de Alberto y los Gryphons de la Caribbean contra los Taínos del Turabo será este viernes a las 3:00 p.m. en el Bayamón Soccer Complex. 2 Un partido que define su pase a la semifinal al torneo.