Londres. El español Carlos Alcaraz ganó el primer título en Wimbledon de su carrera deportiva, ante Novak Djokovic, el siete veces campeón por 1-6, 7-6 (6), 6-1 y 3-6, 6-4 y cumplió el sueño de su niñez: ganar el Grand Slam más bonito de todos y ante uno de los mejores de la historia.

Alcaraz, como soñaba desde que su padre le puso una raqueta en la mano, sometió a Djokovic, el perseguidor de todos los récords, y se convirtió en el quinto español en la historia en triunfar en Wimbledon, junto a Manolo Santana, Conchita Martínez, Rafael Nadal y Garbiñe Muguruza.

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“Es un sueño hecho realidad. Es genial ganar, pero incluso si hubiera perdido estaría muy orgulloso de mí mismo, por haber hecho historia en esta torneo contra una leyenda de nuestro deporte”, dijo el murciano en el discurso de ganador. “Con 20 años no esperaba estar en este tipo de situaciones y estoy muy orgulloso de mí mismo”.

El murciano escribe su nombre junto al de los más grandes demostrando que los nervios son cosas del pasado y que no es que esté preparado para competir contra Djokovic, es que con 20 años está en posición de decir que ahora mismo es mejor.

En una tarde histórica, Djokovic empezó la final como la acabó, hincando la rodilla.

En el primer juego, se cayó al suelo, una predicción del final del encuentro, pero no de lo que pasaría a continuación, porque el serbio hizo exhibición de su vasta experiencia aquí. Con Alcaraz nervioso, Djokovic se puso a pasar bolas desde el fondo, a no fallar, a desesperar al español, sobrecogido por el escenario.

Alcaraz tenía el partido en la mano, el problema es que enfrente estaba el hombre que nunca puede ser enterrado. El serbio, desde el 1-0 en contra y con dos bolas de rotura en contra, despegó en el cuarto juego. Sin un brillo excesivo, el serbio se revolvió y ganó un set que estaba jugando peor, pero del que nunca se despegó.

Djokovic llevó el encuentro a un quinto set, escenario en el que ha estado en doce ocasiones y solo había perdido una, contra Mario Ancic en 2006, y tenía el pie en el acelerador, con Alcaraz contra las cuerdas.

Aguantó su primer saque, salvando bola de rotura, y se generó una sobre el servicio de Alcaraz.

Una pelota que tuvo ganada en tres ocasiones y que el español desenterró hasta forzar el remate fallido del serbio. Surrealista la reacción del español e increíble para Djokovic el fallo, que no solo perdió el punto, también los tres juegos siguientes, encendiendo la rabia del serbio, que reventó la raqueta contra uno de los palos de la red.