A los 30 años, Amanda Serrano ha logrado lo que ningún púgil puertorriqueño ha conseguido: coronarse en siete divisiones del boxeo.

Nacida en Carolina, pero criada y desarrollada en Nueva York, Serrano ha roto esquemas en el boxeo profesional, un deporte tradicionalmente dominado por hombres, y round por round ha conseguido hacerse un nombre conocido en este deporte.

Su dominio ha sido tan grande que hasta ha incursionado en las Artes Marciales Mixtas buscando un reto extra, inconforme con las limitaciones y las restricciones.

Es tan versátil que en un periodo de cuatro meses peleó en 140 libras y bajó hasta las 115 para ganar su séptima corona divisional, la que le entregan esta noche en Trujillo Alto.

En el marco del Día Internacional de la Mujer, Serrano habló vía telefónica con Primera Hora.

Después de las cosas históricas que has logrado, ¿sientes que ya se te toma con la seriedad que te mereces?

“Creo que todavía no toman muy en serio a las mujeres. Pero ya hay muchas más personas que nos apoyan. Está mejor que antes, pero sigo trabajando para continuar haciendo cosas por las mujeres para que en el futuro reconozcan nuestra presencia”.

¿Cómo se siente el ser una mujer y demostrar que una mujer puede boxear también?

“Uno se siente súper contenta y es un honor poder hacer historia para las mujeres y en especial para las boricuas. Que se mencione tu nombre con grandes nombres (del boxeo) es un gran honor”.

¿Te consideras como una feminista, o cómo una figura a seguir por otras mujeres?

“Claro que sí. Todo lo que hago lo hago por las mujeres. Cuando hago una pelea lo hago representando a las mujeres y más que todo a las mujeres boricuas y las latinas. Siempre he estado apoyando a las mujeres en el deporte”.

Cuando estabas comenzando, ¿alguien te dijo que no deberías boxear por ser mujer?

“Por supuesto. Mi hermana (Cindy Serrano) y mi entrenador (su cuñado, Jordan Maldonado). Ellos no querían que peleara. Pero les dije que lo iba a hacer. Yo sé lo difícil que fue para mi hermana y los problemas que tuvo (Cindy comenzó a boxear cuando Amanda tenía 12 años) y ella no quería que pasara por lo mismo. Pero insistí, y Jordan dijo ‘ok’ y me tomó en serio. Entonces comenzamos a pelear”.

¿Hubo algún momento al principio o a mediados de tu carrera que te dijiste que estabas cansada de la discriminación y quizás pensaste dejarlo todo? ¿O que decidiste seguir adelante y hacerlos quedar mal?

“A mediados de mi carrera llegó un momento en que me dije, ‘Oh, Dios, realmente no va a pasar nada con las mujeres’. Entonces decidí seguir adelante por mi legado, por mi nombre. Fue ahí cuando me pregunté: ¿quien es el mejor peleador puertorriqueño? Y era Miguel Cotto, que era campeón en cuatro divisiones. Y me dije que quería ser cómo él. Pero luego, cuando gané (el cuarto título), me dije que quería ser mejor. Quería que los puertorriqueños tuvieran una campeona de cinco divisiones. Pero entonces me dije, ‘no, un boricua tiene que ser mejor que (Floyd) Mayweather, así que me dije, ‘vamos por la sexta’ (corona). Al final llegamos a siete. Y el ser campeona en siete divisiones es algo que he hecho por mi Isla, Puerto Rico, por mi equipo y por mi familia”.

¿Te has encontrado a personas que te discriminan por ser boxeadora?

“Claro. Todavía me pasa. Pero uno tiene que dejar eso atrás y seguir. Empujarte a ti misma para pelear más duro para mostrarle a la gente que pertenecemos a un ring, al boxeo. Que podemos pelear como los hombres. A veces hasta mejor”.

¿Te ves como una persona que rompe esquemas o que crea tendencias?

“Creo que sí. Espero que mi hermana y yo podamos ayudar a motivar a que más mujeres entren a este deporte en Puerto Rico. Alguien me dijo que debido a nosotras, más chicas se estaban uniendo a gimnasios e intentando pelear. Para mí eso es grandioso, ver a chicas entrando en el deporte del boxeo que tal vez piensen que quieren ser como las hermanas Serrano. Es una sensación increíble, y quiero continuar creando ese camino para las mujeres jóvenes”.