La piel de Damien Priest se eriza cada vez que visualiza cómo será el recibimiento que le ofrecerán los espectadores cuando haga su entrada a la arena principal durante el evento “WWE Supershow” del 2 de octubre en el Coliseo de José Miguel Agrelot en San Juan.

El luchador puertorriqueño, que es actual campeón de Estados Unidos, enfrentará al escocés Drew McIntyre. También estarán en acción Roman Reigns, Bobby Lashley, Rey Misterio, Bianca Belair y Charlotte Flair, entre otros.

“Imagino mi entrada cuando salga por la cortina, me pongo nervioso imaginando los gritos y el ruido. Quiero que sea como un concierto, todos gozando y me encanta la idea de que veré las caras de la gente de nuestra isla feliz y apoyando”, compartió Priest, quien se crió en Vega Baja.

La escena será muy distinta a las que experimentó Priest durante los inicios de su carrera como luchador.

“Al principio luchaba frente a casi nadie prácticamente gratis. Comencé que en compañías donde iban cinco o 10 personas, me pagaban con hot dog, me daban la mano y me decían gracias. Esa era mi paga. Todo eso me trajo a donde me encuentro ahora. Sufrí mucho, al igual que la mayoría en este mundo antes de llegar a lo máximo. Al principio no estaba ganando dinero, pero sí sacrificando la familia, en fin todo. Muchas veces no tuve dinero para comer ni pagar la renta. Vivía en la calle, porque no tenía nada, pero valió la pena”, relató.

Priest reconoció que había decidido renunciar a sus objetivos de formar parte de una compañía como World Wrestling Entertainment (WWE). Pero una llamada alteró esos planes.

“Mi entrada ocurrió en octubre de 2018. Después de luchar por tantos años, pensaba que WWE nunca me iba a dar trabajo. Mi mente estaba hecha de que viviría feliz luchando en otras compañías más pequeñas y otro trabajo por el lado. El día que dije eso fue cuando me llamaron y me ofrecieron un trabajo. Mi mente explotó porque estaba convencido que no ocurriría. Fue algo especial”, recordó.

Ahora que es integrante de WWE, Priest comprende el peso de conlleva formar parte de la compañía de lucha libre profesional de mayor relevancia en Estados Unidos.

“La mayoría en la compañía sabían que llevaba años luchando y no me trataron como alguien que está comenzando, pero sí tuve que aprender cómo se trabaja en WWE. Ya no estoy luchando en un gimnasio frente a 100 personas, ahora es algo mundial. Personas de Japón y China conocen mi nombre y es otro mundo. Luchar en Puerto Rico es parte del sueño que uno piensa que no es posible. Me encanta representar a la Isla. Puedo decir que logré mi sueño”, dijo.

Durante el pasado Wrestlemania, Priest unió esfuerzos con el artista de música urbana Bad Bunny. Luego, en SummerSlam 2021, reclamó el cinturón del campeón de Estados Unidos cuando superó a Sheamus.

“Hay momentos en la lucha libre que son especiales. Por ejemplo, luchar junto a un amigo como Bad Bunny fue increíble. Un momento que nunca olvidaré. Luchar en Puerto Rico es del mismo nivel de importancia para mí. Me tratan como un representante de la Isla y nunca pensé que eso sería posible. Para mí es todo poder tener esta oportunidad”, concluyó.

Las personas vacunadas podrán asistir al evento Supershow de mañana sábado en el Choliseo. Las puertas estarán abiertas desde las 6:30 p.m. y el espectáculo comenzará a las 8:00 p.m.