La Universidad Interamericana tiene el copo de las Justas de Atletismo. Las Cocodrilas de la Universidad Metropolitana (UMET)  fueron derrotadas por las Juanas del Colegio de Mayagüez en camino a su tercer campeonato consecutivo en el sóftbol femenino. 

Dos escenarios y dos eventos diferentes que ocurrieron en el Festival Deportivo del segundo semestre de la Liga Atlética Interuniversitaria (LAI) en el 2012. 

Lo que une a estos dos equipos en la  misma historia es que son los que con  mayor frecuencia se reúnen previo y finalizado su competición en un acto reverente sin importar el resultado obtenido. ¿Qué hacen? ¿Oran? ¿Discuten? ¿Dan gracias a un ser supremo? 

Para la destacada corredora de 100 y 200 metros de la Interamericana, Nancy Garcés, reunir a su equipo en los eventos de atletismo y todos los miércoles en la pista Luis F. Sambolín en San Germán es una ofrenda de agradecimiento a Dios por haberles permitido usar sus talentos deportivos para cumplir metas personales e institucionales. 

“Los atletas muchas veces buscan de Dios solo para ganar. Si no ganan, le echan la culpa a Dios. Eso no es así. Dios está con nosotros para cuidarnos. Cumplir un propósito. Dios te da el talento, nosotros (atletas) tenemos que cumplir con la otra parte que es entrenar fuerte y aceptar su voluntad. En todo tiempo es ser agradecido con Él”, expresó la destacada atleta quien es una de las integrantes de la Célula Juvenil Cristiana fundada hace dos años por la fondista  Brenda Salmerón que se integró a su llegada al país a la Iglesia Casa de Restauración Habrit en San Germán.

Si el resultado de la jornada deportiva es adverso al declarado, ¿se debe ser agradecido con Dios? Según el dirigente de las Cocodrilas de la UMET en el softbol femenino, Jerry Flores, sí. 

“Reunirse en el terreno de juego para orar, ganemos o perdamos,  es un  acto de agradecimiento a Papito Dios por los momentos buenos y no tan buenos del partido. Creer en ese Dios nos llena de fortaleza. Él es el que nos da vida. Nos guía. Esto es una competencia donde tienes dos sacos, el de perder y el de ganar”, expresó el dirigente que mantiene optimista a su novena en recuperar el campeonato perdido en el 2012. 

Tanto Nancy como Jerry demostraron por separado que ser agradecido con Dios es un hecho inspirado por la Fe. Una acción intrínseca por el deportista para creer en Dios, en ellos mismos, como colectivo y en las personas que los apoyan para convertirse en líderes dentro y fuera del escenario deportivo. 

Una acción que ve positiva el pastor Rafael Pérez de la Iglesia Evangélica Unida de Puerto Rico en los barrios Playa y Maga de Guayanilla. 

“Un atleta se prepara con la Fe de Dios. Yo sé que los atletas van y compiten para representar a un país, su pueblo, su familia y él mismo. Pero, primero se ponen en las manos de Dios para que los ayude. La Fe se usa en todo lo que yo creo que estoy viviendo y lo que va a pasar en esperanza”, dijo el pastor que lleva más de 30 años en el cristianismo.  

Fe, herramienta de balance emocional en el atleta  

“Es, pues la fe, la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”. El versículo 1 del capítulo 11 de Hebreros es la definición de la Fe por excelencia para llevar a un ser humano a comprender lo que se debe aplicar en momentos de desesperación, dolor, pérdida o en búsqueda de un logro significativo.

La psicóloga deportiva Rosa Hechevarría indicó que la Fe en el atleta es sinónimo de seguridad y confianza. 

“En las vertientes de la Fe cristiana, en la confianza en sí mismo y creer en otras personas, como el coach, para llegar a una meta es un acto  indirectamente de seguridad que realiza el atleta. Muchas veces es por la oración. Otras en pensamientos positivos por ejemplo, “ten fe”, “cree en ti”.  Persignarse. Puede ser parte del ritual competitivo que cada atleta posee en su competencia. Es un vínculo que te trae dirección”, abundó la primera psicóloga en viajar con una delegación olímpica de Puerto Rico en Londres 2012.  

En la teología también existen explicaciones de lo que hace la Fe en el atleta.  “Desde la perspectiva del atleta, el deseo del éxito debe ir más allá de la victoria. El deporte no es solo un don divino, sino esfuerzo humano. Es preciso hacer la plegaria como el entrenamiento arduo de día a día. La obra de Dios en el hombre siempre es bilateral. Dios y el ser humano caminan juntos para un fin último”, explicó el profesor de filosofía y teología de la Universidad del Sagrado Corazón, Fernando Valdés. 

Ahora en Semana Santa es idóneo que previo al Festival Deportivo del segundo semestre a celebrarse del 14 al 20 de abril en Ponce cada atleta pueda reflexiona en las palabras finales de Valdés “es menester subrayar la importancia de la fe en el desempeño deportivo. No existe nada humano que no sea hecho sin fe, sin confianza. El atleta no puede prescindir de la confianza en sus fuerzas, su ánimo, su empeño. Es necesario darles un voto de confianza a los miembros del equipo. En fin, la fe rodea la actividad deportiva desde dentro. De este mismo modo, Dios se hace presente en estas pequeñas confianzas que, sin lugar a duda, desembocan en la confianza en Él”.