Río de Janeiro. En menos de un mes, la voleibolista Diana Reyes recibió dos de esas noticias que te cambian la vida.

Primero, fue una de las 12 seleccionadas para formar parte de la Selección Nacional femenina que, por primera vez en la historia deportiva de Puerto Rico, compite en el voleibol de sala de unos Juegos Olímpicos. Luego, de manera fortuita, se enteró de que el viaje a Río de Janeiro no lo haría sola.

Reyes, de 23 años, indicó que se enteró dos días antes de montarse en el avión que la llevaría a Brasil que está en espera de un bebé. Todo ocurrió luego de acudir al hospital tras sufrir un accidente vehicular, en el que afortunadamente no sufrió daño.

“Cuando fui al hospital, me dicen que nos fuéramos a la segura (de si estaba embarazada o no), porque me tenían que sacar placas y todo”, relató Reyes. “Ahí me dicen: ‘Estás embarazada’”. Pensé en lo que iba a hacer, tengo un viaje. Había ginecólogos allí y ahí fue que me dijeron: ‘Mira, tienes tantas semanas, no te va a pasar nada, (el bebé) no va a sentir ni que estás jugando’”.

Esas palabras la tranquilizaron y le permitieron disfrutar a plenitud la noticia: sería una mamá olímpica.

“Estoy súper contenta, porque voy a ser mamá y estoy aquí (en Río)”, expresó.

De todas formas, ya en Río de Janeiro, la jugadora decidió informárselo al dirigente de la selección Juan Carlos Núñez.

“Yo preferí decírselo, porque yo sí puedo seguir por ahí sin decirle nada a nadie y no iban a saber, porque estoy bien”, dijo Reyes, al comentar que el técnico le recomendó que se lo informara al resto del equipo.

“Nos reunimos, les dije que me enteré el día del accidente, que voy a ser mamá. Esto no me impide estar aquí. Voy a hacer todo lo que tenga mi alcance y lo tomaron bien”, añadió.

Reyes no jugó en los primeros dos partidos de las Olimpiadas ante Estados Unidos y Serbia, pero  vio acción en el fogueo de la selección contra Camerún.

Por su parte, Núñez dijo que estaba feliz por Reyes y aseguró que nada cambió, después de que ella informó que tenía el visto bueno de los médicos.

La única precaución adicional que han tomado es asegurarse de que esté todo el tiempo usando repelente, porque Brasil es uno de los países con más incidencia del virus del zika.

“Nos alegramos por ella”, manifestó Núñez. “Por parte del médico, ella puede jugar a la perfección. Nada, en lo que puede ser del zika o algo así, nosotros tenemos todas las medidas preventivas en el equipo y con ella, que no va a pasar nada”.

Agregó que “para mí no es ninguna preocupación y para el equipo tampoco. Mi equipo va a seguir enfocado. Está unido”.

“Independientemente de que me lo diga antes o después (de viajar a Brasil), ella es mi tercera central, es la que tenía que venir para aquí”, sostuvo. “No afecta en nada”.

Núñez también recordó que no es la primera vez que tiene alguna jugadora embarazada en algún equipo que dirige, como le ocurrió cuando trabajaba en el voleibol universitario de Estados Unidos.

También ha sido recordado que otras jugadoras han competido embarazadas durante las Olimpiadas, como cuando Kerri Walsh-Jennings ganó la medalla de oro en el voleibol playero de Londres 2012 con cinco semanas de gestación.