Tokio. Si todo va como pinta, los Juegos Olímpicos de Tokio serán los más impersonales de la era moderna.

Así lo ha querido Japón para evitar más contagios de COVID-19. Así se percibe y así lo tienen que aceptar todos los participantes de los Juegos.

“Creo que la ausencia de fanáticos no ayudará a nadie. Cuando creces, sueñas en competir al frente de fanáticos. He competido por 10 años en el deporte y muchas veces he competido sin fanáticos. Pero hubiese sido bueno tener gente”, dijo el destacado decalista canadiense Damian Warner.

El impersonalismo va más allá de que las graderías estarán vacías de fanáticos extranjeros o locales, lo que decidió Tokio 2020 en contra del bienestar económico.

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El desinterés se extiende a que el pueblo japonés no quiere tocar los Juegos Olímpicos ni con un palo largo.

Y es que no ha habido convivencia entre el pueblo japonés y los atletas o demás participantes de los Juegos en los días previos a la inauguración del evento este viernes, como tampoco parece que ocurrirá por el resto de las justas que concluirá el 8 de agosto.

El comercio no está haciendo su agosto con los visitantes, al menos al nivel en que podría. Las calles están vacías de participantes de los Juegos Olímpicos a quienes, de hecho, se les tiene prohibido caminar por las calles.

Por su parte, los aeropuertos son la primera impresión de un país. Y el aeropuerto Narita de Tokio demuestra precisamente la cara de Tokio que no se quiere acercar a los Juegos.

Las calles en Japón lucen vacías por áreas por donde fueron transportados los periodistas de GFR Media hacia su hotel en Tokio.
Las calles en Japón lucen vacías por áreas por donde fueron transportados los periodistas de GFR Media hacia su hotel en Tokio. (Ramón “Tonito” Zayas)

La llegada de los participantes de las Olimpiadas al aeropuerto de Narita tiene su propio terminal. Ningún participante tiene contacto con los japoneses civiles en las filas de salida, de entrada, de aduanas, de equipajes, de transportes. Los civiles salen o entran por otras puertas de abordaje o desembarque.

Demás está decir que no existirá la escena de los aficionados buscando firmas de autógrafos de atletas famosos en el aeropuerto o los estadios, como tampoco habrá el círculo mediático que rodea a los atletas estrellas de los Juegos.

La Villa Olímpica y las zonas de entrenamientos, inclusive, son impersonales también, según lo cuenta el entrenador de boxeo boricua Carlos ‘Cholo’ Espada.

Espada contó que su púgil Yankiel Rivera, el segundo entrenador Joe Santiago y él tienen habitaciones separadas en la Villa Olímpica.

A decir verdad, la separación en la Villa tampoco es una situación mala para el entrenador.

Consta de 21 torres residenciales con un total de 3,600 habitaciones equipadas con 18,000 camas.

“Estamos cómodos, en verdad”, dijo.

Sí habrá momentos en que el pueblo y los participantes de los Juegos Olímpicos se tengan que encontrar. De hecho, ya han ocurrido varios, como sucedió con unos participantes extranjeros denunciados por ser vistos en una barra de Tokio.

Pero las autoridades japonesas parece que se asegurarán de que esos encuentros sean distantes, como ocurrió el martes en una estación de transporte público a la que llegaron los participantes en un bus desde el aeropuerto para hacer una transferencia a un taxi que los llevaría a su destino final.

Según lo presenció Primera Hora, ese día en la estación, una civil japonesa y un participante de los Juegos Olímpicos iban caminando a un paso y dirección que los llevaría a encontrarse físicamente. Pero un oficial detuvo a tiempo la marcha del participante y le dio paso a la civil, que miró hacia atrás con malestar.

En los hoteles y taxis también es marcada la separación del turista o negociante con el participante de los Juegos.

La entrada principal del hotel es para los turistas u hombres y mujeres de negocios.

En Japón, al parecer, los locales no quieren nada que ver con los Juegos Olímpicos. La seguridad nacional previene incluso cruces entre peatones y extranjeros.
En Japón, al parecer, los locales no quieren nada que ver con los Juegos Olímpicos. La seguridad nacional previene incluso cruces entre peatones y extranjeros. (Ramón “Tonito” Zayas)

Los participantes de los Juegos Olímpicos, sean directivos, periodistas, atletas y entrenadores, deben seguir unos letreros que los aleja del lobby y los redirige hacia la recepción por el cuarto de lavandería de la hospedería.

¿Y los taxis? Los taxis solamente tienen espacio para un pasajero.

Pero menos mal que los Juegos Olímpicos tienen ciertos participantes que acercan al visitante a Japón, como un voluntario japonés en la estación de guaguas. El voluntario escuchó el nombre de Puerto Rico y se acercó al grupo de habla boricua. Contó en español que vivió en Guaynabo hace 30 años y que fue vendedor de autos. Preguntó al grupo que si eran periodistas y los involucró al exclamar ¡El Nuevo Día! en referencia al principal diario de récord del País que junto a Primera Hora llevará una cobertura combinada de las Olimpiadas.