Las sonrisas, aunque hayan sido a medias, eran inevitables. Después de todo, lograron un espacio en el podio.

Al finalizar el baloncesto masculino de los XXII Juegos Centroamericanos y del Caribe, la Selección Nacional estaba parada en el lado del bronce del podio. Sobre Puerto Rico estaba Panamá, y el campeón República Dominicana. El bronce no era el color de la medalla al cual Puerto Rico aspiraba en Veracruz, pero fue la realidad.

El Equipo Nacional logró la presea de bronce tras superar la noche del viernes a Cuba, 107-97, en un partido que necesitó de tiempo extra para decidir. El pasado jueves, Puerto Rico perdió su semifinal contra los dominicanos,  72-71.

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Es la primera vez desde Maracaibo 1998 que la Selección Nacional de baloncesto masculino no gana oro o plata en unos Juegos Centroamericanos y del Caribe.

Al recibir sus preseas, los jugadores sonrieron. Christian Dalmau le pasó su celular a Ángel Álamo para que lo retratara junto a Larry Ayuso, mientras ambos sostenían sus medallas. El mismo Álamo se retrataba con el celular, mientras los demás sonreían. Claro, a su lado, los dominicanos celebraban como nunca la medalla de oro ganada, lo que aminoraba la alegría puertorriqueña.

En las gradas, el dirigente Carlos Calcaño observaba a sus pupilos en el podio. La medalla en sí era un logro, pero Calcaño estaba claro en que se aspiraba a más.

“Puede ser una de cal y una de arena. Pero le doy gracias al Señor por la victoria de hoy (viernes). Jugamos con excelencia. No se nos dio la de oro por un punto, pero estamos más que agradecidos por todas las cosas que han pasado aquí, del grupo que traje. Hubo mucho compromiso con el país, a pesar de las circunstancias”, dijo Calcaño.

“No tengo ninguna tristeza en relación a lo que pasó porque ellos se fajaron, y por la disciplina y el respeto que demostraron”, sentenció el técnico nacional.

La Selección viajaría de regreso a la Isla hoy mismo, temprano en la mañana.