El Buen Samaritano desconocía quiénes eran las tenimesistas
Él y su familia ayudaron a Melanie Díaz y a Daniely Ríos a llegar al aeropuerto tras un desperfecto de auto

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 6 años.
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Hacer el bien sin mirar a quien.
Esa es la historia del Buen Samaritano, un hombre que ayudó el sábado a las tenismesistas y medallistas Melanie Díaz y Daniely Ríos a llegar al aeropuerto de Carolina para tomar un vuelo a la República Checa, a donde irían a competir.
Mario Candamo, el Buen Samaritano, no supo que estaba ayudando a las famosas tenimesistas hasta que las jóvenes ya estaban montadas en el carro.
“Yo las hacía unas universitarias. Mi esposa les preguntó que a dónde iban y ellas dijeron que a la República Checa. Mi esposa les preguntó si iban a estudiar y ellas contestaron que iba a competir, que eran tenismesistas, y ahí mi esposa cayó en cuenta. Yo estaba manejando y mi esposa me dijo”, contó Candamo.
Candamo dijo que la tenimesistas no se identificaron como las medallistas de los Juegos Panamericanos Lima 2019 cuando tuvieron el encuentro inicial dentro del túnel Minillas en San Juan, que termina en un costado de la Avenida Baldorioty, la cual lleva al aeropuerto.
Contó Candamo que él pasaba por el túnel hacia el sector turístico de Isla Verde cuando, en medio de un pesado tráfico dentro del túnel, se percató de un auto detenido en el carril de la derecha, con tres pasajeros y las maletas de viajeros fuera del carro. El auto, que manejaba el novio de una de las tenimesistas, tenía desperfectos.
Dijo que su esposa, Rosaida Cabello, iba con él en el auto. También iba la madre de Cardamo, Yolanda Arteaga. Y añadió que su esposa le pidió ayudar a los jóvenes varados y se le acercaron una vez estacionaron en el paseo del Minillas.
Candamo percibió que los jóvenes no se querían dejar ayudar por suspicacia.
“Los noté un poco nerviosos. Pensé que era que no me conocían. Les dije ‘miren, yo ando con mi esposa y mi madre’ como para decirles que no debían dudar, y les dije que los podía llevar”, recordó.
También notó que no habían más ‘Buenos Samaritanos’ que su núcleo familiar entre tantos autos ataponando el túnel.
“Nadie las quería ayudar. Nadie se paraba. Mi esposa dijo ‘vamos a pararnos’”, recordó.
A todas estas, Candamo no es puertorriqueño. Es un venezolano destacado en Puerto Rico desde el 1988. Se casó con su esposa de Bayamón y tienen dos hijos boricuas que son universitarios, uno posgraduado y otro de bachillerato. Residen en Cayey.
Y dijo que quiso ayudar a los jóvenes porque aprendió a hacerlo como Niño Escucha.
“Hay que hacer una buena obra todos los días, y esa fue mi obra de ese día”, dijo.
Desde entonces, Candamo dijo que su popularidad por Facebook ha crecido grandemente.
“Esto ha sido increíble. No me esperaba nada como esto”, dijo.