Mónica Puig Marchán  intentará repetir la magia de los Juegos Olímpicos en el Abierto de Estados Unidos, el cuarto y  último grand slam de la temporada.  

Su primer escollo   será la china Saisai Zheng, clasificada 60 en el escalafón de la Asociación de Tenis Femenino (WTA, por sus siglas en inglés). Puig y Zheng nunca han jugado en contra en un torneo oficial. 

La boricua, de 22 años,  fue sembrada ayer como la  cabeza 32 del torneo. La acción del cuadro principal inicia el lunes. 

Es la primera vez que Puig es sembrada en un grand slam. Y a juicio de la ex tenista  Beatriz “Gigi” Fernández, integrante del Salón de la Fama, las posibilidades  de la boricua de avanzar profundo en el torneo son altas. 

“Ser la sembrada 32 es súper importante debido a que no tendrá que jugar contra otra clasificada hasta, por lo menos,  la tercera ronda”, explicó ayer  Fernández a Primera Hora en entrevista telefónica.  

“Mónica tiene una primera ronda manejable, después el camino luce más complicado”, agregó.

 Si Puig supera a Zheng, jugará contra  la ganadora entre Su-Wei Hsieh (78, WTA) y Kateryna Bondarengo (58, WTA). Luego, en tercera ronda, le podría tocar  un duelo contra Garbiñe Muguruza, tercera en los rankings.    

 “La otra ronda está un poco más complicada, pero nada espectacular. Ya en la tercera ronda podría ser contra Muguruza, pero Mónica tiene la ventaja psicológica. En Brasil le ganó 6-1 y 6-1, que fue  una pela”, dijo Fernández. “Ese fue uno de los mejores juegos de Mónica”.

El Abierto de Estados Unidos es el primer torneo de Puig desde que ganó la medalla de oro en el torneo de sencillos en Río. 

En el camino hacia la presea, Puig también superó a Petra Kvitova, dos veces campeona en Wimbledon y a Angelique Kerber -número dos en el mundo por la WTA- en la final.    

Fernández advirtió que Puig debe jugar en un alto nivel desde el primer día, además de evitar entrar a la cancha con exceso de confianza. 

“Tiene que preocuparse de las primeras dos rondas. Es el US Open y todas las jugadoras se crecen. Después de lo que Mónica hizo en Brasil, ahora todas van a querer elevar su juego. Ella dejó de ser un secreto”, destacó.

Por otro lado, Fernández aplaudió la decisión que tomó Puig de cancelar su participación en el Western and Southern Open en Cincinnati, Ohio. El torneo se celebró enseguida después de las Olimpiadas.    

“Pudo haber tenido un bajón si jugaba Cincinnati inmediatamente después de los Juegos Olímpicos. Pensé que fue una buena idea que se saliera,  pero lleva dos semanas y se tiene que haber recuperado mentalmente”, sostuvo.

Lista para la conquista

El desempeño histórico de Puig en el Abierto de Estados Unidos no ha sido el mejor.  En tres apariciones, la joven ha pasado de la primera ronda una vez, en el 2014.  

Las otras dos veces fue eliminada enseguida.

“Si Mónica  puede seguir con el mismo  flow, seguir hacia adelante y  sigue jugando igual,  tiene la capacidad de ganar las primeras dos o tres ronda cómodamente”, resaltó.

 Asimismo, Fernández mencionó que la agilidad de Puig sobre la superficie dura será una ventaja.

 “Mónica se está moviendo mejor que nunca y en Río de Janeiro lo demostró.  Es evidente que está en mejores condiciones físicas  y quizás por eso tuvo esos resultado. En el tenis, si no le llegas bien a la bola o  llegas mal parado, es difícil pegarle bien. Pero Mónica tiene  más variedad en el juego. Entra a  la malla y tiene un backhand cuzado que es  algo serio”, señaló.

Aunque Williams luce como la predilecta  para regresar al trono en el US Open, Fernández rehusó descartar a la puertorriqueña. 

“Serena es siempre la favorito y por suerte Mónica no está en su lado del draw. Pero mi favorita es Mónica sin ponerle presión”, concluyó.