Budapest. Amane Beriso Shankule lideró el maratón femenino del Campeonato Mundial de Atletismo, en el que Etiopía se quedó con el primer y segundo lugar en un caluroso sábado.

Shankule se lanzó por calles de Budapest para terminar con un tiempo de dos horas, 24 minutos y 23 segundos para dejar atrás a la campeona defensora y compañera Gotytom Gebreslase. La marroquí Fatima Ezzahra Gardadi se quedó con el bronce.

Shankule, de 31 años, dijo que el equipo etiope trabajó junto para hacerle más difícil a los demás mantener el ritmo.

“Cuando dejamos atrás a las demás entonces se convirtió en una pelea con mis duras compañeras”, admitió Shankule. “Gebreslase es una fuerte atleta y quería defender su título”.

De las 77 competidoras que iniciaron, 65 terminaron la competencia que se inició a cabo bajo una temperatura de 73 grados Fahrenheit y concluyó a 84 grados. Había una advertencia de calor más tarde cuando se esperaba que la temperatura llegara a los 95 grados. La puertorriqueña Beverly Ramos no completó la ruta. La atleta corrió los primeros 19 kilómetros, pero no continuó.

“Sé que está muy caluroso, pero para mi no fue difícil”, aseguró Shankule. “Me hubiera gustado empezar antes para poder hacer menos tiempo”.

Shankule progresivamente comenzó a alejarse de sus compañeras etiopes al final mientras intentaba observar sobre su hombro para ver si alguien la estaba alcanzando.

Nadie lo hizo.

Levantó los brazos al cruzar la línea de meta en el Heroes’ Square. Gebreslase terminó 11 segundos detrás.

La meta principal era llevar el oro a casa. Estoy orgullosa de que nosotras (las etiopes) mantendremos el título”, dijo Grebreslase.

El verano pasado Gebreslase estableció un récord del Campeonato Mundial de 2:18,11 en condiciones más frescas en Eugene, Portland.

“Estaba muy frío en Oregon y estuvo muy caluroso en Budapest”, admitió Gebreslase. “Pero sabíamos que las condiciones iban a estar complicadas”.

El calor y el ritmo agotó a varias corredoras, incluyendo a la keniata Rosemary Wanjiru, quien terminó sexta.

“Fue demasiado caluroso para mí”, reconoció Wanjiru.