Hace lo posible para salvar su negocio
Rafael Villanueva convirtió la marquesina de su residencia en el centro de operaciones de Dream Team Collectibles.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 5 años.
PUBLICIDAD
Los pequeños y medianos negocios en Puerto Rico sufren en carne propia las consecuencias generadas por la pandemia del COVID-19. Debido a las limitaciones para recibir clientela en los locales, las ventas han caído dramáticamente y en las posibilidades de sobrevivir son mínimas.
Por ello, se ven forzados a pensar en creativas para continuar a flote durante la crisis. Ese es el caso de Rafael Villanueva, dueño de Dream Team Collectibles en Vega Alta.
“Nos dedicamos a la venta de carritos, tarjetas de colección y equipo deportivo, entre otras cosas como mascarillas con diseños. Como no nos permiten ir al local y no estaba generando ingresos, llegué a la conclusión de que tenía que inventar algo online. Recluté la colaboración de mis hijos y tenemos sobre 2,500 productos en nuestra página”, relató Villanueva, quien ha tenido espacios en varios centros comerciales desde 1999.
Villanueva detalló que se ha esmerado en tener disponible artículos de entrenamiento personal como cuicas, pesas, conos y balones de distintas disciplinas deportivas, entre otros.
“La gente está en sus casas y aprovechan para recoger. Los coleccionistas de tarjetas tal vez encuentran esas cartas de peloteros que han tenido guardadas desde hace años y las quieran colocar en los protectores para organizarlas nuevamente”, dijo.
Como no nos permiten ir al local y no estaba generando ingresos, llegué a la conclusión de que tenía que inventar algo online
-Rafael Villanueva / Dueño de Dream Team Collectibles
“Aproveché esta situación para darle seguimiento a nuestra página. Darle un nuevo giro al negocio. Me tuve que poner creativo en lo que me dedico porque por el momento no se puede recibir la clientela.”, agregó.
Además, Villanueva mencionó que está preparado para atender las iniciativas de los maestros de educación física para mantener activos a los jóvenes mientras permanecen en los hogares.
“Nos concentramos en cosas que la gente puede usar en la casa como escaleras de agilidad, bolas medicinales, y skill pass balls de voleibol. También los balones de baloncesto o voleibol ya que los maestros de educación física han puesto unos drill virtuales para los estudiantes. Esa es la parte que nos ha dado un poco de esperanza”, indicó Villanueva, quien a su vez detalló que procesa las órdenes para enviarlas por correo.
Dos de sus hijos se han involucrado en la iniciativa.
“Todo lo hacemos desde la casa. Para mis nenes ha sido un tipo de terapia. Uno de ellos está en cuarto año y estaba para graduarse de una Escuela Especializada en Vega Baja y, desgraciadamente se perdió todo lo que conlleva. Tenía la oportunidad de irse en admisión temprana para la universidad y no podrá. Toda una vida esperando por ese momento y no poder disfrutarlo está bravo”, lamentó.
Villanueva, por otro lado, aseguró que las asistencias gubernamentales para salvar su negocio han sido mínimas.
“Aparte de los $500 que recibí, no ha habido ayuda. Hablan de una ayuda de $1,500 y los préstamos, pero eso es como tirarle una pesa a alguien que se está ahogando. Puede que un préstamo resuelve momentáneamente, pero habrá que pagarlo. La gobernadora (Wanda Vázquez) no ha propuesto algo que nos proteja en ese aspecto. Seguimos pagando la renta del local porque es un compromiso económico que tememos”, concluyó.