Cuando el medallista olímpico Jaime Espinal despertó ayer, se topó con un panorama impensable.

El deporte de lucha, a través del cual logró un salto a la fama y le dio gloria a Puerto Rico con una presea de plata en los Juegos de Londres 2012, había sido recomendado por la directiva del Comité Olímpico Internacional (COI) para ser retirado de las Olimpiadas iniciando desde el 2020.

“Mi reacción fue: ‘¡Esta gente está bien loca! Esto no puede ser verdad’”, recordó Espinal en entrevista telefónica con Primera Hora desde Pensilvania, donde se encuentra entrenando.

“Este es un deporte que se ha practicado desde los tiempos arcaicos. Nunca lo vi venir”, agregó.

Pero la decisión del COI no amilanará su pasión por el deporte que encarriló su vida, según él mismo acepta. Espinal reveló ayer que se mantiene firme en su plan de competir por Puerto Rico en el próximo ciclo olímpico, pues la lucha se mantendrá como parte del programa en los Juegos de Río 2016. Por ahora, el anuncio no lo hará salir corriendo a la lucha libre o a las artes marciales mixtas, de donde ha recibido varias ofertas económicas.

“No creo que me afecte. Mi plan personal es ir a Brasil 2016. Luego de eso, mi meta nunca fue ser entrenador o seguir en el deporte. Pero sí me afecta en el sentido de que quiero hacer algo por la gente, me preocupan los niños”, sostuvo Espinal.

El medallista olímpico se comunicó ayer con varios entrenadores, compañeros de lucha y, además, el presidente de la Federación Puertorriqueña de Lucha, Manuel García. La sorpresa en todos era notable.

“Estamos claros de que esto no es definitivo. En resumen, pensamos que esto es algo político, algo burocrático”, comentó. “Pienso que deben estar metiendo deportes, no sacando. Uno ve las Olimpiadas para ver los mejores deportes del mundo; deben estar todos. No debemos pensar en quitar”, opinó Espinal.

Por el momento, el atleta confía en que el COI reconsidere la decisión y readmita la lucha en la asamblea general pautada para septiembre próximo en Argentina.

“Soy un hombre de fe, y la fe es lo último que se pierde”, concluyó Espinal.