Las Pioneras de la Pontificia Universidad Católica han superado dos grandes oponentes en el inicio del baloncesto de la Liga Atlética Interuniversitaria (LAI). Esto lo han hecho por la fe que han puesto, luego de un proceso de pérdida y adaptación desde el 7 de enero que se vive en el área sur por los movimientos telúricos.

El equipo campeón femenino de 2017 y 2018 de la LAI ha tenido un arranque sólido en la nueva temporada con victorias sobre las campeonas defensoras Juanas del Colegio de Mayagüez (64-41) y las Tigresas de la Universidad Interamericana (70-48).

“Gracias a Dios todo bien. No nos hemos reforzado mucho. Las nenas con su veteranía nos han ayudado mucho. Han sido gratificante ver a las prepas del primer oro (2017), Sibet Castro, Tatiana Báez y Leyizca Rivera apoyar al núcleo”, dijo la técnica Glenda Linnette Torres, en un comunicado suministrado por la LAI.

El quinteto pionero es uno de los cinco equipos favoritos en llegar a semifinales a pesar de haber visto, por un momento, perdida su temporada a raíz del terremoto del 7 de enero en el área sur. Una vez pasada la emergencia inmediata, las medallistas de bronce 2019 se reunieron para darse apoyo emocional y espiritual. Retomaron sus prácticas en la cancha San Tomás del barrio La Playa de Ponce donde entrena el club Leonas de Ponce del Baloncesto Superior Nacional Femenino con intercambios en Santa Isabel.

“El torneo del Chicharrón (celebrado en enero) nos marcó el camino de donde estábamos paradaS. El primer juego fue muy difícil, porque estábamos sin saber el ritmo que teníamos. Pero el juego con Mayagüez nos dictó mucho. Me medía en donde estábamos. Rematé con el juego con Bayamón y vivos que teníamos el potencial entre las mejores cuatro”, explicó Torres, quien decidió foguear a su equipo en el tradicional torneo el Chicharrón obteniendo el campeonato ante las Vaqueras de la UPR de Bayamón.

“De verdad ha sido difícil. Se nos fueron (las jugadoras) un poquito emocionalmente. Estamos viviendo momentos difíciles. Se tuvieron que tomar decisiones. Era seguir o nos quitábamos. Recuerdo ese primer juego en el Chicharrón que se nos vio el efecto de todo lo vivido. Teníamos que levantarnos o caer. Gracias a Dios poco a poco fueron engranado. Era un ejemplo de seguir a pesar de todos los eventos que vivíamos”, continúo narrando la dirigente Pionera que vivió dos semanas en campamentos por ser residente del barrio Playa de Ponce.

Torres hizo hincapié en que su equipo ha encontrado refugio en la oración.

“La universidad tan pronto pudo abrir nos brindaron ayuda. Fue unirnos, pegarnos a Dios. Tener fe. Seguir las metas establecidas. Emocionalmente ha sido difícil, pero con la fe en Dios es lo más importante. Es creer que vamos a salir del proceso. En esta parte, Sibet nos ha ayudado mucho, porque es bien cristiana. Entre todas lo pudimos hacer. Nos ayuda mucho a levantarnos”, testificó la piloto que busca volver a la cima del baloncesto LAI.

El próximo duelo de las Pioneras de la Católica es el lunes con las Taínas de la Universidad Ana G. Méndez (UAGM) en el complejo deportivo de Cupey. Este sería el tercer equipo de los favoritos para las semifinales a enfrentar de la sección Rafael Mangual. Los otros dos quintetos con potencial finalista están en la sección Cosme Beitía con las Vaqueras de la UPR de Bayamón y las Jerezanas de la UPR de Río Piedras.