¿Qué significa ser abanderado de Puerto Rico?

Para mí, es un honor y un orgullo bien grande poder cargar la bandera de Puerto Rico… Yo pensaba que tenía posibilidades reales de ser el abanderado, pero sí me sorprendió el hecho de que fue una votación unánime. Me llena de emoción porque me siento bien privilegiado.

¿Cómo ha impactado tu ruta hacia los Juegos de Río?

Yo estaba motivado, pero ser abanderado me dio más deseo y propulsión. Me siento más… ¡Diantre! Me impulsó porque a diferencia de otras personas, a mí la presión me beneficia. Yo no siento que tengo que ganar porque si no ganara se van a enfogonar conmigo. Siento que la gente quiere que gane y si no gano, lo que se pondrán es tristes. Eso me da deseo de dar el esfuerzo más grande del mundo. El ser seleccionado como abanderado me da más impulso y quiero devolvérselo (a la gente) con una medalla.

¿Has imaginado cómo será el momento en que desfiles por el estadio olímpico?

Me imagino a mucha gente gritando. Me imagino haciendo contacto visual buscando puertorriqueños (en las gradas). Sé que habrá mucha gente y será difícil diferenciar, pero voy a buscar alguna bandera en el público. Y voy a tratar de estar cerca del grupo (de la delegación) y que Franklin (Gómez, luchador) esté cerca de mí. Ser abanderado es grande. Nunca lo soñé. Ha sido algo a lo que me ha llevado la vida. Siempre he dicho que son pocos los que van a las Olimpiadas, son menos los que cogen una medalla y todavía menos los abanderados. Entonces, ser abanderado es un mérito grandísimo.

Naciste en República Dominicana, pero te formaste en Puerto Rico. ¿Te consideras ejemplo de lo inclusivo y diverso de nuestro pueblo?

Pienso que el que yo sea abanderado ayudará a concientizar de que somos un solo país, una sola sociedad. Puertorriqueño no es solo que el nazca aquí, sino también el que se sienta puertorriqueño y trabaje por el país. Todo ese discrimen se está trabajando. Estoy muy feliz. Pienso que ésto (la selección como abanderado) es algo como revolucionario. Pienso que rompieron esquemas al haberme elegido a mí y la forma en que me eligieron. Me siento tan bendecido… y me recuerda que soy responsable de hacer cosas buenas, que no hay break para que pase por mi mente algo negativo, rendirme ni sentirme mal. Todo lo que he sentido son cosas buenas y las expreso para que la gente vea, y para que otros no tengan miedo y tengan sueños.

¿Cómo ganar la medalla de plata en Londres te ayudó a impactar otras vidas?

El primer año, después de las Olimpiadas, fue uno de mucho aprendizaje para bregar con lo que yo llamo “faranduleo”. Muchas entrevistas aquí, allá, y cosas así. Tuve que aprender a cómo manejar todo eso, igual que con las reuniones que surgieron, desde el gobernador, alcaldes y otros. Nunca pensé que a alguien del deporte de lucha le iba a pasar por eso, a diferencia de un boxeador que sabe que va a ser famoso cuando gane un campeonato mundial. Pero los otros dos años entonces fueron para la sociedad y los niños. Ahí conseguimos el nuevo gimnasio para el club Esparta que abrió en febrero pasado. La medalla ayudó a cosas como esa. Y fui a un sinnúmero de escuelas y a dar charlas en muchos otros sitios. Ya estaba el resultado de la medalla, así que nos enfocamos en hacer lo que había que hacer con eso. Ya el último año, entonces, tuvimos que sacar tiempo para entrenar para las Olimpiadas y ver si se puede extender por cuatro años más… Ya cuando se acaben las Olimpiadas, gane o pierda, puedo llegar a más niños para hablarles de lo que significa ser abanderado.