Muchos atletas boricuas se vieron reflejados en ‘The Last Dance’, la oda fílmica a Michael Jordan de ESPN y Netflix que transmitió sus episodios finales el domingo, en particular con la determinación evidenciada por el #23 en la cancha de juego o de práctica.

El ganador de seis campeonatos en la NBA con los Bulls de Chicago, poseedor de cinco premios MVP de temporada regular y en finales, el que metió 38 puntos mientras sudaba un virus y quien ganó un campeonato de la NCAA con una jumpa suya fue en su carrera una muestra de determinación para ser el mejor y ayudar a su equipo a ganar títulos.

El Salón de la Fama de las Grandes Ligas, Iván Rodríguez, fue uno de los que se identificó con la determinación de Mike.

Piculín Ortiz recuerda que un verdadero competidor exige a sus compañeros gran entrega. Jugar sin esa determinación no es adecuado para ningún competidor.
Piculín Ortiz recuerda que un verdadero competidor exige a sus compañeros gran entrega. Jugar sin esa determinación no es adecuado para ningún competidor. (Xavier J. Araujo)

Recordar a Iván Rodríguez sosteniendo la bola luego de dar un out aparatoso en el plato para que los Marlins de Florida (hoy en día de Miami) adelantaran a la Serie de Campeonato de la Liga Nacional en el 2003 es creer en la determinación de Pudge.

No se puede comparar con él, pero había un norte parecido con lo que él pensaba, cuando buscaba cualquier cosa pequeña para sacar provecho luego de una derrota. Como ver cómo el contrincante reaccionaba luego de ganar en los medios para utilizarlo a su favor. Uno utilizaba eso para buscar estímulo y competir

-Eddie Casiano

“Claro que uno se refleja. Lo tuve por 21 años en las Grandes Ligas. Uno se evalúa a uno mismo y encuentra la misma rutina, la furia, el deseo, el reto de Michael Jordan”, dijo Rodríguez, quien fue exaltado a Cooperstown en el 2017.

Rodríguez es el receptor con más juegos recibidos en la historia de las Grandes Ligas. Ganador de la Serie Mundial 2003, premiado con Guante de Oro en 13 ocasiones y Jugador Más Valioso de la Liga Americana en el 1999.

Al tiempo en que mostró su determinación, Jordan también se ganó antipatía porque las ganas de triunfar iban unidas con un carácter fuerte que chocaba con compañeros de equipo o rivales.

El también Salón de la Fama, José ‘Piculín’ Ortiz, es otro de los atletas boricuas de alto nivel que también se refleja con la determinación de Jordan. El hombre del Equipo Nacional es entre otras cosas recordado por su determinación en el 2003, en el partido de clasificación olímpica contra Canadá, cuando cargó al equipo con un casi cuádruple doble.

“Soy puro ejemplo de eso”, dijo Ortiz. “Era bien exigente en la cancha conmigo y con mis compañeros de equipo. Es lo que corresponde en un atleta de alto nivel: el carácter para competir. Lo pueden decir los compañeros de equipo. Sin la determinación y el carácter Jordan no hubiese llegado a lo que fue”.

Claro que uno se refleja. Lo tuve por 21 años en las Grandes Ligas. Uno se evalúa a uno mismo y encuentra la misma rutina, la furia, el deseo, el reto de Michael Jordan

-Iván Rodríguez

Otros atletas y dirigentes boricuas de alto nivel también se identificaron con Jordan y su determinación, como uno de los dirigentes más ganadores en el béisbol boricua, Mako Oliveras, el cinco veces campeón del BSN y actual dirigente de la Selección Nacional de baloncesto, Eddie Casiano, la voleibolista internacional Aury Cruz, y el destacado jinete José Luis Ortiz.

El jinete Ortiz, de 27 años, no creció en la era de Jordan. Pero al finalizar ‘The Last Dance’ escribió en su cuenta de Twitter: “Quiero ser como Mike”, tal vez considerando la exacta línea publicitaria de los tiempos del jugador para la marca Gatorade.

Eddie Casiano observó que su comparación jamás es con el talento de Jordan, pero sí con la entrega completa en busca de un triunfo.
Eddie Casiano observó que su comparación jamás es con el talento de Jordan, pero sí con la entrega completa en busca de un triunfo. (Jorge A. Ramirez Portela)

Ortiz se identifica con las ganas de ganar de Jordan. Es una identificación lógica sobre todo en su deporte, en el que un jinete tiene que salir a ganar cuatro o cinco veces al día, tenga o no tenga el caballo favorito. Sus ganancias y futuras conexiones dependen de sus éxitos por carrera.

“Hay que ganar sin importar lo que cueste”, dijo Ortiz, quien expone su vida con cada monta. “Así mismo me siento. Lo mío es ganar todas las carreras por ahí para abajo”.

Ortiz y su hermano Irad han sido los jinetes más destacado de Estados Unidos en los últimos tres años.

Soy puro ejemplo de eso. Era bien exigente en la cancha conmigo y con mis compañeros de equipo. Es lo que corresponde en un atleta de alto nivel: el carácter para competir. Lo pueden decir los compañeros de equipo. Sin la determinación y el carácter Jordan no hubiese llegado a lo que fue

-José 'Piculín' Ortiz

Oliveras, quien es el hombre de las anécdotas, dijo que fue un ganador en sus tiempo porque tenía alrededor suyo jugadores comprometidos con la causa, como los tuvo Jordan en su quinteto, o porque tenían jugadores que se contagiaban con sus muestras de deseos de ganar al reprocharle a un árbitro o al exigirle a un jugador.

“Tuve un campeonato en Santurce en el que Jaime Navarro y Luis Aquino eran abridores y habían trabajado hacía poco. Se me acercaron en el juego decisivo y se pusieron a la disposición. Los usé y ganamos porque esa era la actitud correcta. No estaban pensando en su brazo. Había que hacer, lo que había que hacer”, recordó Oliveras.

Uno de los juegos más recordados de Jordan fue el llamado ‘Flu Game’. Jordan se reportó a la cancha, para el quinto partido de la final del 1997 ante el Jazz de Utah con una indigestión estomacal que según reveló en ‘The Last Dance’ fue un envenenamiento con una pizza que pidió la noche antes. Con la serie empatada a 2-2 y Jordan debilitado, MJ anotó 38 puntos, atrapó siete rebotes, repartió siete asistencias y se robó tres balones en vías al triunfo.

El Zurdo de Oro del BSN, Eddie Casiano, dijo que se identifica con Jordan por su determinación para ganar sacándole provecho a ciertas situaciones dentro y fuera de la cancha. Casiano ganó cinco campeonatos en el BSN y fue uno de los jugadores en la victoria más sonada en el deporte boricua, el triunfo sobre el Dream Team en Atenas 2004.

“No se puede comparar con él, pero había un norte parecido con lo que él pensaba, cuando buscaba cualquier cosa pequeña para sacar provecho luego de una derrota. Como ver cómo el contrincante reaccionaba luego de ganar en los medios para utilizarlo a su favor. Uno utilizaba eso para buscar estímulo y competir”.

Casiano agregó que los jugadores actuales tendrían que estar muy enamorados del juego para aguantar las exigencias del Jordan de entonces.

La veterana voleibolista internacional y olímpica, Aury Cruz, ha vivido en carne propia el rechazo actual a las exigencias.

Cruz contó que hay jugadoras que esperan a la hora de la práctica para comenzar a trabajar. Ella, quien es solicitada por los mejores clubes de Europa, dijo que ha tratado de orientarlas.

“No es decir encontronazos, pero he tenido que salir a decirles cuando, en realidad, tiene que venir autodeterminadas para ser mejores individual y colectivamente”, dijo.