Quebradillas. Tomó 17 años desde que pisó un gimnasio por primera vez para que la entrenadora personal Yomayra Pérez Rosa decidiera incursionar en el mundo del fisiculturismo, y complementara su exitosa trayectoria con la experiencia para continuar su misión de transformar vidas.

Enfrentó desafíos, derribó mitos y triunfó. Pero, más allá de su ejecución en tarima, en una competencia celebrada en verano pasado, la isabelina destacó los retos de entrar en un mundo relacionado más a los hombres.

Precisamente, Pérez Rosa recordó que fue esa óptica con la que se mira a la mujer en el mundo del bodybuilding, la que la condujo a convertirse en entrenadora personal.

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“Yo lo hice para conocimiento propio. Nunca pensé que me iba a dedicar a esto. Tenía la inquietud. Cuando comencé a entrenar, hace tantos años, no había tantas mujeres como ahora”, dijo.

“Yo llegaba al gimnasio y venían como tres personas distintas a decirme que el ejercicio estaba mal, que se hacía de otra forma. Luego, obviamente me iba dando cuenta también que era porque era mujer y me veían como que no sabía, porque llegaba un varón y no iban a decirle cómo era el ejercicio”, recordó.

“Así que yo decido tomar el curso para conocimiento propio. Dije: ‘yo voy a aprender para saber entonces qué es lo que está bien, qué es lo que está mal’. Cuando tomé el curso, que comencé entonces a ayudar a mis compañeras de trabajo, a mis amigas, ahí me fui enamorando de la carrera. Y nunca pensé que iba a vivir de esto, que me iba a dedicar a esto completamente”, afirmó.

No pasaron seis meses de haber tomado ese curso de entrenamiento personal en la División de Educación Continua de la Universidad de Puerto Rico - Recinto Universitario de Mayagüez, cuando Pérez Rosa comenzó a ejercer como entrenadora personal. “Yo lo que quería era aprender. Empecé a coger mejor postura, a saber cómo se hacía el ejercicio, para qué era esto… Y fui desarrollándome en eso. Como veía que ayudaba a otras personas y la gratitud de que, ‘mira, aumenté o bajé’, yo como que me fue gustando, me fui interesando”, destacó.

Eventualmente, la cartera de clientes de Pérez Rosa fue aumentando, hasta que logró establecerse como entrenadora personal a tiempo completo, trabajo al que le dedica unas 11 horas al día, y en el que entrena clientes de manera presencial en Xtreme Body Fitness, en Quebradillas, y también de manera remota.

Entre sus clientes figuran algunos atletas profesionales y figuras públicas cuyas identidades, prefirió reservarse.

Satisfacción por partida doble

A sus 40 años, la entrenadora personal debutó en el certamen Mr. & Miss Puerto Rico Open, celebrado por la Federación de Fisicultura y Fitness de Puerto Rico, donde obtuvo segundo y tercer lugar en las categorías Women’s Bikini Fitness Master y Women’s Bikini Fitness novicio.

Pero, además de hacer su debut de la mano de Jonathan Núñez, quien ganó la categoría Men´s Physique Master40+ de ese certamen en el 2022; y Charlie Díaz, quienes se encargaron de su preparación física y plan nutricional, respectivamente, Pérez Rosa también incursionó en la preparación física de otra fisiculturista de nuevo cuño.

Se trata de Keyshla Crespo Martínez, de 29 años y de Quebradillas, quien el pasado mes de septiembre subió por primera vez a una tarima en el certamen Dinasty Cup 2023, donde se impuso en las categorías Women’s Bikini Fitness Novicio y Women’s Bikini Fitness Overall.

La transformación de Keyshla Crespo -a cargo de Yomayra Pérez- quien recientemente participó en la copa Dinasty Cup, ha sido dramática.
La transformación de Keyshla Crespo -a cargo de Yomayra Pérez- quien recientemente participó en la copa Dinasty Cup, ha sido dramática. (Suministrada)

No fue hasta hace tres años, cuando Pérez Rosa llegó al gimnasio quebradillano y vio de cerca el trabajo de un fisiculturista, que decidió intentarlo. “Respeto mucho este deporte, lo respeto mucho. Es muy, muy sacrificado. Siempre he ido a competencias, siempre seguía el fisiculturismo, pero no fue hasta que llegué aquí, que mi compañero (Núñez, propietario del gimnasio) compite, que he estado como viviéndome las preparaciones con él. Verlo tan de cerca, lo sacrificado que es, los cambios de humor. Tú llegas un momento, esa última semana (previo al certamen) que tú no estás en tus cinco sentidos. No sabría cómo explicarte…El sacrificio, la disciplina. Estoy atendiendo a alguien o estoy haciendo algo, pero me toca comer, te toca esto. Es un sacrificio. Entonces, cuando empecé a ver su proceso tan de cerca, yo creo que ahí es que yo dije: ‘yo lo quiero hacer’”, manifestó la entrenadora personal.

Más allá de los logros en competencia, el resultado del trabajo duro y el sacrificio, tienen otro significado para Pérez Rosa. “La satisfacción de tu ver tu cuerpo a ese nivel, que no es recomendable, porque obviamente no es recomendable la deshidratación, la dilatación del cuerpo, realmente es muy, muy fuerte, pero el vivirlo, el tú ver tu cuerpo a ese nivel es una satisfacción”, destacó.

Destruyendo los mitos

Una de las cosas a la que se han enfrentado las mujeres en el mundo del fisiculturismo es a los mitos y estereotipos que existen, desde aquellos de que una mujer con su musculatura desarrollada no luce bien estéticamente, hasta los más absurdos que afirman que el entrenamiento con pesas provoca la masculinización de la mujer.

Para Pérez Rosa, mitos como esos mantienen a las mujeres alejadas del fisiculturismo. “Realmente es un mito. Las mujeres producimos un nivel de testosterona tan bajo que no vamos a producir mucho. El hombre, obviamente, genera muchísimo más. En el caso de las mujeres (el entrenamiento) también es darse respeto. Tonificación de los glúteos, piernas. Tu cuerpo estéticamente se ve tonificado, pero no es que vas a crear una masa muscular para parecer un hombre, eso no va a pasar”, dijo.

“Hay que botar el miedo. Realmente, eso es un mito. No vas a parecer un hombre. Es que se dice tanto y la gente sigue repitiendo... Primero, que tú ver tu cuerpo a ese nivel va a ser una satisfacción, que eso no tiene comparación. Y segundo, que realmente tú lo que haces es resaltar, en el caso de la mujer, lo que haces es resaltar lo que ella tiene. O sea, la definición, la estética de tu cuerpo no tiene nada que ver con parecerte a un hombre”, añadió.

Bueno para todo el mundo

Al conversar con Pérez Rosa, en cualquier momento surge el tema sobre su desarrollo físico y el ejercicio. Y no importa con quien esté conversando, inevitablemente ella le preguntará a su interlocutor si tiene alguna rutina de ejercicios o si entrena en algún lugar.

La pregunta viene del convencimiento de la fisiculturista de que el entrenamiento con pesas es de beneficio para todos. “Yo pienso que, primero, esto te ayuda con todo. Si estás pensando en tomar la decisión, házlo. Mejora tu salud mental, previenes enfermedades, mejora tu autoestima, ganas disciplina, aprendes postura, te va a ayudar con todo. Esto es una manera, yo digo, de desconectar y reconectarte contigo mismo”, sostuvo.

Innovación tecnológica

Para muchos, la reciente pandemia del COVID-19 representó cambios drásticos en su rutina diaria y laboral. Muchas personas quedaron desempleadas y muchos establecimientos nunca regresaron a la normalidad o, simplemente, cerraron sus puertas.

Para Yomayra, quien en ese momento apenas llevaba tres años como entrenadora personal a tiempo completo, representó una oportunidad para reinventarse. “Llegó la pandemia. Y me vi sin nada. Cerraron el gimnasio en el que estaba trabajando en ese momento, en Isabela, que era un gimnasio de mujeres. Las primeras dos semanas, yo te diría que estuve como en shock. Después yo dije, ‘no, yo sé entrenar, la gente va a querer entrenar, nadie quiere estar encerrado’. Y comencé a llevar las clientas a mi casa”.

“A las seis de la mañana tenía un grupo de las clientas que eran regulares mías en el gimnasio, y comencé a entrenarlas en casa, con el equipo que tenía, con bandas, con ‘dumbbells’. Y así estuve, como cinco meses, como cuatro o cinco meses”, recordó.

De ahí, Pérez Rosa siguió buscando formas de atraer clientes y llegar a ellos a pesar de las limitaciones de distanciamiento personal, y comenzó a atender clientes de forma cibernética. Hoy día, además de sus clientes en el gimnasio, entrena personas de forma virtual en otros pueblos de la Isla, e incluso en los Estados Unidos.