Devastador, cuesta arriba, difícil. Esas son algunas de las frases que uno escucha al preguntarle a conocedores sobre el efecto que la pandemia por el coronavirus y las medidas de cuarentena que se han tomado podrían tener sobre las ligas deportivas profesionales de Puerto Rico, no tan solo en su aspecto económico, sino en el de desarrollo de atletas también.

Primera Hora consultó con los líderes de algunas de esas ligas y con el economista Gustavo Vélez, quien dijo que en el 2010 se hizo un estudio avalado por el Comité Olímpico de Puerto Rico y la Compañía de Turismo que valoraba la industria del deporte boricua en unos $600 millones.

“Todas las ligas estaban débiles por todo lo que ha ocurrido en Puerto Rico (en los últimos años). Muchas de ellas dependen de auspicios y los municipios están grandemente afectados. También dependen del comercio, que también está sufriendo. El efecto luego de esto va a ser devastador porque los mecanismos de apoyo de las que dependen –gobiernos municipales y comercios– van a quedar lastimados”, expresó Vélez.

Otro posible efecto que podrían tardar en superar ligas como el Baloncesto Superior Nacional, el Voleibol Superior Femenino, el Voleibol Superior Masculino, el béisbol Doble A y hasta la Liga Profesional Roberto Clemente sería la renuencia de los fanáticos a asistir a los eventos y exponerse a un contagio en un lugar donde hay muchas personas reunidas.

“Así que el efecto económicamente es devastador, más los efectos sociales que tiene, porque el deporte da un acceso a una recreación relativamente barata, que es costoefectiva, y eso también tendría un efecto perjudicial en la gente, en el pueblo”, agregó.

Uno de los líderes de dos de las ligas afectadas, el Dr. César Trabanco, presidente de la Federación de Voleibol de Puerto Rico, describió como “garrafal” el efecto que tendría sobre el voleibol boricua una cancelación de sus torneos masculino y femenino. El torneo femenino ya había comenzado y tuvo que detenerse, mientras que el masculino estaba programado para comenzar a fines de mayo.

“Es una situación bien triste, si hubiese que suspender las ligas. La femenina tenemos la esperanza de reanudarlas pero necesitamos que (el gobierno) nos dé unas fechas mínimas para saber aproximadamente cuando podría ser. No pido una fecha exacta, sino un aproximado, para entonces tomar una decisión”, explicó el médico de profesión.

“La liga masculina que comenzaba el 21 de mayo no jugarla sería un golpe muy duro porque después del huracán María, que nos suspendió el torneo, hemos tenido que jugar con cinco equipos (2018) y con seis equipos (en 2019). Este año ya teníamos ocho equipos confirmados, y que esto pase pues es otro golpe a la liga masculina. El desarrollo de jugadores sufre definitivamente y el taller (de trabajo) para nuestros atletas, que devengan un salario en los tres o cuatro meses que dura el torneo, los árbitros, estadísticos, anotadores… son muchas las personas que se afectan”, comentó Trabanco, agregando a la ecuación personal de apoyo de los equipos en las canchas.

En su estudio del 2010, Vélez analizó la industria del deporte por completo, incluyendo a las compañías que venden los uniformes que usan los equipos, los trofeos y medallas que se entregan, el equipo que suplen diversas compañías y hasta las aportaciones que hacen a los equipos los pequeños y medianos comerciantes en auspicios las franquicias.

“Además de eso, hay 38 municipios operando en déficit, por lo que los auspicios municipales también peligran. El ecosistema en que se apoya y opera el deporte en Puerto Rico va a quedar bien lastimado”, dijo el economista.

Y hablando de los municipios, uno de los torneos más grandes del país es el del Béisbol Superior Doble A, que cuenta con franquicias en 42 municipios, más de la mitad de los 78 existentes.

Según dijo el presidente de la Federación de Béisbol, José Quiles, la economía de esos municipios se beneficia los fines de semana de la actividad que genera la Doble A, porque cuando se acaban los juegos la gente se va a los restaurantes, a los negocios cercanos a los estadios.

“Los pequeños negocios cerca del estadio, la gente se va a los negocios a consumir. Económicamente se van a afectar 42 municipios los fines de semana porque no van a tener esos ingresos. Y nuestro torneo empieza en febrero y algunos (equipos) llegan solo hasta mayo, pero otros llegan hasta octubre y económicamente va a haber problemas”, resaltó Quiles.

“La capacidad económica se verá afectada si no hay torneo. Son más de 1,100 jugadores que están activos en nuestro torneo que se afectarían. Igualmente muchos de los jugadores colegiales que vienen a jugar también sufrirían en su desarrollo, y más los juveniles que entraron este año, porque podrían no jugar. Muchos de esos jugadores perderán la oportunidad de crear alguna expectativa para el draft se afectarán porque no participaron al torneo”, agregó.

En cuanto a los efectos sobre la Federación de Béisbol como institución, los catalogó como “catastróficos”.

Dijo que desde hace seis o siete años la FBPR no recibe ninguna aportación gubernamental y depende solo de la boletería de los juegos de Doble A y algunas ayudas que les brinda el COPUR, “así que de los pocos ahorros que tenemos y de algún otro dinero que llegue podremos paliar la situación. Pero es cuesta arriba y bien detrimental para la Federación”.

Mientras el presidente del Baloncesto Superior Nacional (BSN), Ricardo Dalmau, fue enfático en que para el BSN la alternativa de cancelar su torneo no está sobre la mesa.

Dalmau recalcó que la liga se ha mantenido trabajando para cuando el gobierno dé el visto bueno estar organizados para poder comenzar. Y que de parte de la Junta de Directores lo que ha recibido es un compromiso de que una vez tengan el visto bueno, se den las condiciones y la gente se sienta segura, poder comenzar con controles.

No obstante, admitió que, como en cualquier deporte, una cancelación provocaría pérdidas millonarias.

“La actividad que genera el BSN está alrededor de $15 millones. De no celebrarse se afectaría no solo el componente del BSN, sino para los comercios asociados. Los que se activan cada vez que hay un juego, que hay actividad económica en el pueblo y en pueblos limítrofes, que se vería afectada”, dijo Dalmau.

Explicó que el BSN internamente genera unos 150 empleos directos, personas cuyo ingreso primario es ese, y como 250 personas cuyo ingreso es complementario.

“Con esto me refiero a que los equipos tienen ujieres, trainers, seguridad, gente que les suple, gente que trabaja en cantinas, boleterías. La producción televisiva. Es una economía bastante robusta. No es pequeña para ser deportiva. Es una actividad que genera de todo”, manifestó.

“Pero la pandemia dicta la pauta aquí, así que cuando el gobierno lo permita, esperamos estar listos”, finalizó.