Fernando Ribas Reyes

San Salvador. Si hubiera sido un nadador guatemalteco en los Juegos Centroamericanos y del Caribe San Salvador 2023, el ponceño Jesús ‘Chayanne’ Vassallo no hubiese podido hacer como hizo en los Juegos Panamericanos San Juan 1979, en donde inmortalizó el espacio y momento de su premiación dorada en el podio de la piscina del Escambrón al sacar la bandera de Puerto Rico mientras sonaba el himno de Estados Unidos al que representó deportivamente.

Fue uno de los momentos históricos del deporte puertorriqueño.

Ese gesto no lo pueden hacer aquí los atletas de Guatemala, unos 300 en múltiples disciplinas que están viendo acción en los Juegos bajo la bandera de Centro Caribe Sports porque su Comité Olímpico está suspendido por el organismo que rige el olimpismo mundial.

Para poder participar, los atletas guatemaltecos acordaron con Centro Caribe Sports que evitarían cualquier manifestación, ya sea visual como el portar una bandera, escrita en un cartel u oral como con un sonoro ¡Viva Guatemala! durante los Juegos.

Ha sido difícil para los atletas y sus entrenadores no poder manifestar sus sentimientos patrios en un escenario como los Juegos, dijeron todos los entrevistados para este artículo. También ha sido testigo de ese dolor la prensa guatemalteca que cubre los Juegos.

“Cuando ganamos lo hacemos por un país independiente (separado del movimiento olímpico), y es muy difícil aceptar eso”, dijo la boxeadora guatemalteca, Leilani Reyes.

Guatemala está separada del movimiento olímpico desde el año pasado. El Comité Olímpico Internacional (COI) tuvo que intervenir contra su comité afiliado por alegaciones de elecciones presidenciales fraudulentas. El COI aportó fondos a Centro Caribe Sports para pagar por los uniformes y transportación terrestre de los atletas que están activos en San Salvador.

El nadador guatemalteco Erick Gordillo, quien ya ha ganado dos oro en San Salvador, ha sufrido la realidad doblemente ya que no pudo escuchar el himno nacional de su país ni ver ascender su bandera en el podio, como tampoco ha podido mirar para el frente, hacia las gradas, y escuchar a sus paisanos cantar a coro el himno que dice “que tus hijos valientes y altivos, ven con gozo en la ruda pelea, el torrente de sangre que humea, del acero al vibrante chocar” .

Gordillo no ha tenido más opción ante las reglas que le impiden manifestación alguna que recurrir a una estrategia similar a quien canta entre dientes.

“Es triste, pero canté el himno en mi interior y llevé mi escudo en el pecho”, dijo.

Al menos los atletas guatemaltecos están aquí compitiendo, haciendo lo que les gusta, representando a su país entre comillas, compitiendo con lo mejor de la zona, clasificando para ir de aquí a los Panamericanos en Santiago 2023 y a los Olímpicos en París 2024.

No se les ha echado a perder del todo esas horas incontables de entrenamientos, de sudor, de lesiones, de resistencia, de amanecidas y anochecidas, de derrotas que enseñan y de la práctica de la resiliencia cuando surgen dudas.

Hay un refrán que explica el dilema de Guatemala entre participar en San Salvador bajo la bandera de Centro Caribe Sports y obviar los sentimientos patrios y el no hacerlo. El refrán es de ‘Guatemala a Guatepeor’.

“Hay un dicho, que tal vez es un poco incómodo, que dice ‘entre los males, el peor peor es… Pues al menos estamos participando, que es lo menos malo”, dijo el entrenador guatemalteco Morgan Sánchez.

Guatemala tiene intenciones que seguir la ruta menos mala en Santiago 2023 y París 2024. Hacía allá se dirige con sus atletas aunque sea bajo la bandera de Panam Sports o del COI.

Los atletas pueden ir allá con la confianza de que el pueblo guatemalteco los está siguiendo y que se siente orgullosos de ellos.

No todo está perdido.

“La gente está metida con los atletas. Al menos a mí me preguntan cómo van, aunque a la vez están muy tristes por todo este problema”, dijo un reportero de Claro Sports.