De Juan Juarbe Juarbe en 1930, a Ineabelle Díaz en 2006, los corazones de millones de boricuas han desfilado por 80 años detrás de cada abanderado que ha representado a Puerto Rico.

El comienzo de esta trayectoria fue recordado ayer por el Comité Olímpico de Puerto Rico (Copur) y varios protagonistas del deporte nacional, al conmemorar el aniversario número 80 del debut de la Isla en el deporte internacional en los segundos Juegos Centroamericanos y del Caribe de 1930 en La Habana.

“Ahí comenzó todo. La audacia de ese grupo pionero permitió que Puerto Rico siguiera pensando más en grande”, expresó David Bernier, actual presidente del Copur, durante la actividad celebrada en la sede del organismo. “El Comité Olímpico es custodio de esa historia de 80 años de ininterrumpida participación internacional y un día como hoy había que celebrarlo, y con la gente que ha sido protagonista del proceso”.

Para Bernier, el movimiento olímpico nacional trasciende el deporte, lo que explica el valor que le otorga el pueblo.

“Ha sido la columna vertebral en estos 80 años de historia. Es un elemento de unidad del pueblo y de ahí la importancia de que lo fortalezcamos y lo protejamos por la función social que tiene en el pueblo de Puerto Rico”, expresó.

Entre los asistentes a la ceremonia estuvieron algunos abanderados del pasado, como Angelita Lind, Ineabelle Díaz, Wilfredo “Cano” Vélez, Ralph Rodríguez y, en representación del primero, Juan Juarbe, asistió su primo José Juarbe. También asistieron otros ex atletas y medallistas de diversas competencias pasadas.

“En aquel tiempo yo no existía, pero para toda la familia fue un orgullo grande. Fue el primer abanderado y además un representante de todo el deporte de Puerto Rico”, recordó José Juarbe sobre su primo.

“Juan tuvo problemas para estar en Puerto Rico por su ideología política. Estuvo como 50 años exiliado. Regresa solamente en 1968 por la muerte de su hermana”, agregó José en relación a que Juan era independentista. “Siempre en los círculos de la familia se hablaba de Juan. Se hablaba con cariño y, más que nada, con admiración”.

Otro que compartió recuerdos heredados fue Eugenio “Gino” Guerra, hijo de Eugenio “Geño” Guerra, quien ganó medalla de plata en los Juegos de 1930.

“Me tengo que sentir orgulloso porque mi padre fue parte de esa gesta. Fue uno de los medallistas de plata, en los 200 metros”, manifestó Guerra, hijo. “Ésa fue una gesta histórica. El deporte puertorriqueño se abrió al mundo. Fue como el descubrimiento de Cristóbal Colón. Tuvimos la oportunidad como delegación de participar en unos juegos regionales olímpicos”.

La abanderada más reciente, Ineabelle Díaz (taekwondo), se mostró emocionada al estar en compañía de personas que nos han legado tanta historia.

“Es emocionante. Es un significado grande tener esa soberanía deportiva. No hubiera sido lo mismo desfilar con una bandera que no fuera la de nosotros”, dijo Díaz. “Agradezco que hayan cambiado de esa forma la historia de nuestro país y estoy contenta de haber sido parte”.

Desde diversos puestos, Jenaro “Tuto” Marchand ha observado lo trascendental de esa historia que comenzó hace 80 años con una discreta, pero significativa representación que regresó con tres medallas de plata.

“Es como quien va a hacer una obra”, afirmó. “El 1930 es la zapata y empezó a construirse un edificio que eventualmente ha sido muy bueno”.