Tokio. Con los Juegos Olímpicos de Tokio pospuestos hasta 2021, ahora viene una multimillonaria pregunta: ¿Quién paga las facturas por el retraso y qué tan grandes serán?

La respuesta más probable es, principalmente, los contribuyentes japoneses.

“Por supuesto que habrá costos”, dijo el CEO del comité organizador, Toshiro Muto, cuando se anunció el aplazamiento. “En cuanto a cuánto, no tenemos las cifras en este momento. ¿En cuanto a quién asumirá estos costos? No hace falta decir que son no será una discusión fácil, por lo que no estamos seguros de cuánto tiempo tomarán”.

El periódico financiero japonés Nikkei fijó el costo adicional en $2,700 millones, citando una estimación de los organizadores locales.

Algunos lugares tendremos que alquilarlos hasta el próximo año. Porque en algunos lugares se tarda aproximadamente un año en prepararlos. No podemos desmontarlos y luego volver a configurarlos para los Juegos Olímpicos. Eso también significa costos adicionales

-Bent Flyvbjerg / Autor de ‘The Oxford Olympics Study'

El Comité Organizador de Tokio 2020 tendrá que renegociar nuevos arrendamientos, pagar mantenimiento en nuevas arenas y tal vez encontrar campos alternativos de juego. También tendrán que tratar con agentes inmobiliarios que ya están vendiendo miles de apartamentos de lo que será el Athletes Village (La Villa Olímpica). El comité organizador también emplea a 3,500 miembros de personal, y algunos pueden perder sus trabajos debido a la reducción de costos.

Tokio 2020, impulsada por el gigante publicitario Dentsu Inc., ha vendido $3,300 millones en patrocinios locales, más del doble que cualquier Olimpiada previa. Esas marcas clamarán por saber qué obtienen por su dinero. ¿Solicitará alguno de ellos reembolsos? ¿Para retenerlos tendrán que hacer buenas ofertas? ¿Tendrán que reescribir nuevos contratos?

Y en el proceso mucho de esto no se puede hacer hasta que se establezcan nuevas fechas para reemplazar lo que serían los Juegos Olímpicos de este año: del 24 de julio al 9 de agosto de 2020.

“El objetivo general es el verano del próximo año”, dijo Yoshiro Mori, presidente del comité organizador y ex primer ministro japonés. “Tenemos que pasar por la programación de los Juegos y de otros eventos internacionales. Habrá que ajustar muchas cosas antes de que lleguemos a un cierto período de tiempo”.

Por supuesto, todos los problemas de reprogramación se ven agravados por la propagación incierta del virus y la reciente desaceleración de la economía.

Muto reconoció que hay conversaciones difíciles con el Comité Olímpico Internacional, que controla los juegos, pero deja que el país anfitrión se haga cargo de la mayoría de los costos.

Primero, algunos conceptos básicos de la financiación olímpica de Tokio.

Los organizadores locales y los organismos gubernamentales japoneses dicen que están gastando $12,600 millones para organizar los Juegos Olímpicos. Sin embargo, un informe de auditoría del gobierno nacional en diciembre fijó los costos en $28,000 millones. Siempre se debate sobre cuáles son, y cuáles no, los costos olímpicos.

Cuando Tokio ganó la candidatura olímpica en 2013, se estimaba que el costo para montar los juegos iba a ser de $7,300 millones.

La aportación del sector privado al presupuesto de hoy se estima en $5,600. El resto, cualquiera que sea el gran total, es dinero público.

Tokio ha gastado casi $7,000 millones en construir sedes temporeras y permanentes, alrededor del 85% de ellas con fondos públicos. El proyecto más caro es el nuevo estadio nacional, un contrucción del gobierno nacional facturado en $1,430 millones.

Por su parte, el COI, con sede en Suiza, ha contribuido $1,300 millones para financiar los Juegos Olímpicos de Tokio, una pequeña fracción del costo total. El COI tuvo ingresos de $5,700 millones en el último ciclo olímpico (2013-2016). Casi las tres cuartas partes de los ingresos provienen de la venta de derechos de transmisión, con otro 18% proveniente de patrocinios.

El COI también tiene un fondo de reserva de aproximadamente $2,000 millones, y un seguro para cubrir pérdidas.

Bent Flyvbjerg, autor de ‘The Oxford Olympics Study 2016: Cost and Cost Overrun at the Games’, le comunicó a The Associated Press por medio de un correo electrónico que el COI debería compartir más costos. Incluso calificó el negocio olímpico como un monopolio. El estudio encontró que las Olimpiadas tienen el “costo promedio más alto de cualquier tipo de megaproyecto”.

Flyvbjerg dijo que el COI debería “pagar una mayor parte de la factura de los juegos, de los que se beneficia el COI”. Tokio y Japón cobrarán el costo adicional, a menos que el COI haga una excepción y amplíe el fondo de reserva, que es lo que el COI debe hacer desde un punto de vista ético”.

Tokio 2020 planeaba usar 42 centro deportivos para montar acción de 33 disciplinas. Se planeó un lugar adicional para los Juegos Paralímpicos. Muto dijo que no está claro cuántos de esos lugares estarán disponibles dentro de un año.

“Algunos lugares tendremos que alquilarlos hasta el próximo año”, dijo. “Porque en algunos lugares se tarda aproximadamente un año en prepararlos. No podemos desmontarlos y luego volver a configurarlos para los Juegos Olímpicos. Eso también significa costos adicionales”.

El dolor de cabeza mayor podría ser la Villa de los Atletas, que albergará a 11,000 olímpicos y al personal, y 4,400 paralímpicos y al personal. El extenso sitio en la Bahía de Tokio –5,632 apartamentos– se venderá después de los Juegos Olímpicos y los informes dicen que un cuarto ya está vendido. Algunos cuestan más de $1 millón.

Uno de los desarrolladores, Mitsui Fudosan Co., dijo que suspendió las ventas en el complejo, que incluirá 23 edificios.

Incluso reunir nuevamente a 80,000 voluntarios no remunerados podría ser costoso y crear más trabajo. La ciudad de Tokio también estaba planeando usar 30,000 voluntarios adicionales para ayudar a los fanáticos a encontrar líneas de tren, direcciones y distribuir ayuda general para hablantes no japoneses.