LONGWOOD, Florida.  El sacrificio y el riesgo que tomó Andrea Maldonado sin duda alguna valió la pena. Y llegó con una bonificación adicional.

Tras darle una pausa a sus estudios en la Escuela de Comunicación en la Universidad de Puerto Rico (UPR) en Río Piedras, y con una histórica medalla de plata en “all around” en los Juegos Centroamericanos y del Caribe (JCAC) Barranquilla 2018, en Colombia, Maldonado se mudó a principios de este año a la ciudad de Orlando para seguir su preparación, por debajo de todos los radares y en un ambiente totalmente desconocido, con miras a su participación en la gimnasia artística de los entrantes Juegos Panamericanos Lima 2019 en Perú.

Al final no solo completó su preparación, sino que también le llegó a Orlando el llamado ya debidamente oficializado para trasladarse a continuar estudios universitarios en Iowa State, donde tendrá la oportunidad de entrar al ciclo de competencias de la NCAA.

Y como si fuera poco, irá a esa nueva etapa junto a su hermana menor, Alondra, quien también fue reclutada para el mismo programa con una beca completa.

“Ha sido un verano totalmente inesperado”, dijo Maldonado a Primera Hora en una reciente sesión de trabajo en las instalaciones de Ace Gymnastics en Longwood, Florida, bajo la supervisión técnica de su padre y entrenador desde sus inicios en la gimnasia hace 17 años, Dagoberto Maldonado.

El proceso, sin embargo, fue complicado. Semanas después de que su padre se trasladó a Orlando, Andrea decidió seguirle los pasos y se trasladó a un lugar donde no conocía a nadie, a un centro de entrenamiento desconocido, en medio de las frías temperaturas invernales y frenando por un momento su desarrollo académico.

“Ahí es donde viene toda mi fuerza de voluntad para seguir y sobrepasar todos esos obstáculos… no fue tan fácil pero ahí estamos”, subrayó Andrea, de 20 años y egresada de escuela superior en la Clase 2016 de la Leadership Christian Academy en Río Piedras.

“Los primeros meses realmente sentía mucho miedo porque decía que no me iba a acostumbrar, que iba a ser difícil. Pero una vez vine aquí las nenas se abrieron a mí y yo me abrí a ellas, por lo que puedo decir que fue un ambiente muy bonito. Al principio fue bien cuesta arriba porque no sabía lo que iba a pasar ni cómo me iba a sentir, pero ahora mismo no me arrepiento de lo que hice. Estoy en un lugar muy bueno, donde las personas se respetan, todos aprendemos y todos trabajamos al mismo tiempo”, agregó.

Destacó, asimismo, que en Orlando mantuvo su estrategia de “trabajar en silencio” hasta llegar a Lima con una excelente preparación. En el proceso sufrió una caída en una práctica que le provocó una leve lesión de espalda que puso en duda su presencia en Lima, aunque tuvo una exitosa recuperación dirigida por su padre.

“Representa lo que se llama sacrificio deportivo, porque uno no planifica irse así de la nada. Me siento saludable ahora mismo. Me siento emocionalmente preparada para lo que viene. Siento que hay mucho espacio para seguir aprendiendo. Estos cinco a seis meses que estuve aquí realmente fueron claves para mi preparación. Si no los hubiese tenido no hubiese aprendido todo lo que sé ahora en cuanto a mentalizarme, en cuanto a tener la fuerza de voluntad que necesito para seguir todos los días, para superar mis dolores y mis molestias”, sostuvo.

“He aprendido mucho respeto. He tenido muchos buenos momentos y muchos malos momentos en los que he tenido que recapitular y hacer un análisis sobre mí misma para poder mejorar y hacer una introspección para poder ser una mejor atleta”, indicó Andrea, quien finalizó cuarta en la viga de equilibrio del Panamericano Juvenil 2013 en Medellín, Colombia.

Y ahora llega a suelo peruano con la intención de disfrutar la competencia y hacer el mejor trabajo posible tras su proeza de conseguir la primera presea boricua de gimnasia femenina en la historia de los JCAC.

“No quiero prometer que voy a traer medalla ni nada, pero estoy segura voy a dar mi máximo y pueden haber muchas sorpresas en cuanto a mi desempeño. Realmente quiero llegar a una final, pero no puedo decir que voy a entrar a tal o cual final. Mi proyección es siempre trabajar lo más duro que pueda para mantener ese logro y no defraudar a nadie”, puntualizó Andrea, también emocionada porque en Lima será parte del primer equipo de gimnasia femenina que representará a la Isla en un certamen panamericano.

La acompañarán Nicole Díaz, Karelys Díaz, Paula Mejías y Bianca León.

“Es bien importante. Es lo más bonito del mundo. Después de la experiencia que tuvimos en Barranquilla, ir ahora a un nivel mucho más alto, como son los Panamericanos, es un orgullo realmente”, añadió, y Dagoberto, quien labora como parte del cuerpo técnico en Ace Gymnastics, enfatizó que la meta individual de Andrea “no es imposible. Todo puede pasar en el camino de Dios. Estar en salud y hacer cuatro aparatos, como siempre le digo, disfrutando la competencia. Esto es un show, no es algo para entristecerse ni pasarla mal. Es un arte… y dentro de disfrutar el deporte se pueden lograr muchas cosas”.