Nueva York. Ni siquiera el techo retractable del US Open pudo con los aguaceros y los vientos que los restos del huracán Ida llevaron a Flushing Meadows, derribando ramas de árboles e inundando los terrenos del torneo, al tiempo que forzaban a cambiar un partido de una cancha a otra luego de una demora de dos horas y media.

“Un temporal de loco”, dijo el argentino Diego Schwartzman luego que consiguió vencer 7-6 (4), 6-3, 6-4 al sudafricano Kevin Anderson, el finalista de 2017, en su duelo interrumpido para avanzar a la tercera ronda cuando el miércoles se volvió jueves.

La oficina del Servicio Nacional de Meteorología en Nueva York declaró por primera vez emergencias por inundaciones repentinas en la región, luego que las estaciones y vías del metro se inundaron a niveles tales que forzaron a la Autoridad Metropolitana de Transporte a suspender todo el servicio en la ciudad. La municipalidad prohibió la circulación hasta las 5 de la mañana del jueves de todos los vehículos no de emergencias.

Schwartzman y Anderson salieron inicialmente a jugar su partido en el estadio Louis Armstrong antes de las 7:30 de la noche, pero no concluyeron hasta después de la 1 de la madrugada en el estadio Arthur Ashe.

Son los únicos recintos del Centro Nacional de Tenis Billie Jean King equipados con techo retráctiles que permiten la continuación de los partidos cuando la naturaleza causa problemas.

El problema el miércoles: el estadio Armstrong, una instalación de 14,000 asientos remozada antes del Abierto de 2018, fue equipado con un techo ventilado naturalmente — y el espacio dejado entre el vestíbulo y el tope permitió que la lluvia fuese llevada a la cancha por el fuerte viento.

Así que los espectadores sentados bajo techo abrieron sus paraguas y Anderson y Schwartzman vieron suspendido su duelo igualados 5-5 en el primer set. Las acciones se reanudaron, pero fueron frenadas de nuevo a inicios del segundo parcial. Los organizadores entonces abandonaron la idea de finalizar el encuentro en el Armstrong y decidieron trasladarlo al Ashe — una vez concluyó allí el partido entre Stefanos Tsitsipas y Adrian Mannarino.

El último partido programado para el Ashe el miércoles, entre Angelique Kerber y Anhelina Kalinina, fue aplazado hasta el jueves.

Schwartzman no tenía ningún interés en una situación así.

“Yo estaba listo para jugar y quería finalizar hoy, no mañana. Nunca sabes qué puede pasar”, dijo Schwartzman, el 11mo cabeza de serie que alcanzó las semifinales en el Abierto de Francia el año pasado y también ha avanzado dos veces a cuartos en el US Open. “Yo estaba metiendo presión ... para jugar esta noche”.