Taipéi, Taiwán. Para Taiwán, cada participación en la escena mundial está marcada por la política, y más aún cuando ese escenario es China.

Los cuatro atletas taiwaneses que compiten en los Juegos Olímpicos de Invierno de Beijing, que se inauguran el viernes, no pueden utilizar la bandera de Taiwán ni ese nombre. En su lugar, compiten con el nombre de Taipéi China, que rara vez se usa y que debió identificar al equipo por una división geopolítica que data de antes de la Guerra Fría.

Maggie Lee, una esquiadora de slalom de 19 años, se encontró dando a la gente una lección improvisada sobre el nombre extraño mientras viajaba por Europa para entrenar y competir antes de los Juegos Olímpicos.

“Cuando me reúno con gente, les digo que soy de Taiwán, porque si le dices a la gente que eres de Taipéi China, nadie sabe de dónde eres, no puedes encontrarlo en Google”, afirmó.

Taiwán es una isla de 24 millones de personas frente a la costa oriental de China. Funciona en muchos sentidos como un país, con su propio gobierno y ejército, pero China la reclama como parte de su territorio y solo 14 países reconocen a Taiwán como nación. La mayor parte del mundo, incluido Estados Unidos, tiene vínculos oficiales con China.

La división nació de una guerra civil a fines de la década de 1940, en la que los comunistas derrocaron al gobierno de la República de China y fundaron la República Popular de China, que gobierna hasta el día de hoy. Los antiguos líderes nacionalistas de China huyeron a Taiwán y establecieron un gobierno rival en la ciudad de Taipéi.

Ambos afirmaron representar a China y Estados Unidos, entre otros, se pusieron del lado del gobierno con sede en Taipéi, pero durante las siguientes dos décadas un número creciente de gobiernos trasladaron sus embajadas a Beijing. La ONU cambió sus preferencias en 1971, obligando a Taipéi a salir de la organización. Al año siguiente, el entonces presidente de Estados Unidos, Richard Nixon, visitó China y el gobierno norteamericano estableció vínculos con Beijing en 1979.

El asunto del nombre surgió en los Juegos Olímpicos de 1980 en Lake Placid, Nueva York. Los atletas taiwaneses habían competido bajo el nombre de República de China en los dos Juegos de Invierno anteriores, usando su bandera roja con un sol blanco sobre un rectángulo azul en una esquina.

Era la primera vez que la China comunista asistía a los Juegos Olímpicos, y el gobierno protestó exitosamente por la participación de la isla como República de China, el nombre formal de Taiwán. Los atletas recibieron las malas noticias después de llegar a Lake Placid, explicó Thomas Liang, un esquiador de fondo que compitió en los Juegos de 1972 y 1976.

“Todos fuimos a Estados Unidos, pero no nos dejaban entrar a la zona de competencias”, afirmó. “Estaba triste porque no podía competir. Perder esta oportunidad fue una pena”.

La siguiente ocasión que Liang fue a los Juegos Olímpicos fue como entrenador. Entonces su equipo debió identificarse como Taipéi China.

Un acuerdo de 1981 con el Comité Olímpico Internacional creó el nombre, que permite a los atletas competir bajo una bandera muy diferente: de fondo blanco con un contorno de flor rodeando un sol y los anillos olímpicos. En las ceremonias de entrega de medallas se toca una canción para izar esa bandera en lugar del himno.

En las décadas que siguieron, ha ganado fuerza una identidad taiwanesa distinta a la de China, incluso en momentos en que la isla sigue desarrollando lazos económicos estrechos con la China del continente. La proporción de la población que se identifica como taiwanesa ha aumentado al 62%, frente al 48% en 2008, según una encuesta anual realizada por la Universidad Nacional Chengchi en Taipéi. Un 32% de los isleños se identifican como chinos y taiwaneses, mientras que únicamente el 3% dice ser chino.

Bajo la presidencia de Tsai Ing-wen, quien asumió el cargo en 2016, Taiwán ha tratado de apuntalar su posición de facto, sin llegar a declarar la independencia formal, una medida que podría desencadenar una invasión militar china.

Beijing ha respondido enviando aviones de combate hacia Taiwán para misiones de entrenamiento y persuadiendo a otros países para que rompan lazos con la isla. También ha presionado a aerolíneas, hoteles, marcas de lujo y otros que hacen negocios en China para que etiqueten a Taiwán como una provincia china, tanto en mapas impresos como en el contenido en línea.

Sin embargo, no todos en Taiwán están satisfechos con esa situación. En 2018, el exatleta olímpico Cheng Chi organizó un referéndum nacional para cambiar el nombre del equipo a Taiwán para los Juegos Olímpicos de Tokio del año pasado.

“¿El nombre de nuestro país es China Taipéi? Por supuesto que no”, dijo Cheng en una entrevista con el periódico Liberty Times en 2018. “En ese entonces aceptamos ese momento de injusticia para garantizar que se cumpliera toda una vida de esfuerzos”.

La consulta popular fracasó después de que muchos atletas se manifestaron en contra, preocupados de que el cambio pudiera resultar en que se les impidiera competir. Muchos dicen que únicamente quieren enfocarse en el deporte y no en la política.

El nombre no le molesta a Lee, la esquiadora. “Mientras tengamos claro quiénes somos, eso es suficiente”, explicó.

En los Juegos Olímpicos de Invierno de esta semana, los dos esquiadores que representan a Taiwán dicen que su enfoque será hacer lo mejor que puedan, y que eso sería mejor para la isla que las declaraciones políticas.

“No tengo derecho a lidiar con este problema, como atleta”, declaró Ray Ho, el otro esquiador que representa a Taiwán. “Solamente puedo hacer lo que está dentro de mi capacidad, que es entrenar y competir”.