El skater Steven Piñeiro es un atleta nacional, no solamente gracias a la exposición que recibió en los Juegos Olímpicos Tokio 2020, en que tuvo la segunda más destacada actuación de la delegación boricua, sino mayormente gracias a la patineta, ese artículo deportivo que trasciende de un regalo bajo del árbol de Navidad para convertirse en vehículo hacia un estilo de vida, una profesión.

Este jueves de Acción de Gracias es, por tanto, un buen día para agradecer a la familia que lo apoya y a la patineta que lo ha impulsado a estatus nacional, así como a una nueva vida familiar de regreso en la Isla desde el exterior y a una etapa de desarrollo educativo.

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“Primero que todo le doy gracias a la familia, que es parte de esto... a mi novia”, dijo el hijo de Elizabeth y Steven, nieto de Juan Marrero y novio de Sio Soto.

“Le doy gracias al deporte, a todos los que me han ayudado para lograr todo lo que he hecho este año en Japón (Tokio 2020) y todo lo que ocurrió antes y después”, dijo.

“Y lo más importante para mí es darle gracias al deporte; el skateboarding es mi vida. Si no es por el skate no soy Steven”, agregó el apodado Yancy de Toa Baja.

Steven Piñeiro fue la persona a quien el gobierno le dedicó los recientemente celebrados Juegos Nacionales de Puerto Rico que se celebraron en Toa Baja.
Steven Piñeiro fue la persona a quien el gobierno le dedicó los recientemente celebrados Juegos Nacionales de Puerto Rico que se celebraron en Toa Baja. (Suministrada)

Piñeiro, del sector Fondo del Saco en el casco urbano de ese municipio, se convirtió este año en una figura nacional con su participación en la patineta a nivel internacional. En el 2019 representó al Comité Olímpico de Puerto Rico en los I Juegos Mundiales de Playa, en los que ganó una medalla, pero su participación en Tokio 2020 lo elevó a figura nacional como otros tantos atletas.

Logró un honroso sexto lugar en la modalidad Park de los Juegos Olímpicos, en donde debutó este deporte que tiene un nicho en los eventos de deportes extremos.

Hoy día, el Piñeiro que se desarrolló corriendo pantineta en las calles de Connecticut, en Jacksonville y Orlando, en Florida, compitiendo en piscina, parques pasivos y aceras, está residiendo en Puerto Rico a tiempo completo desde el 2019 en parte gracias a las puertas que la ha abierto la patineta.

“Gracias a Puerto Rico. Esto cambió mi vida completamente. Fue una cosa que siempre quise hacer: estar en Puerto Rico. No podía hacerlo por la edad, por el trabajo y cosas así que lo hacen difícil. Ahora puedo estar aquí y disfrutar la Isla a lo máximo”, dijo el atleta, que cumplió 25 años este mes.

A la izquierda, Steven Piñeiro fue una de las principales figuras de la delegación de Puerto Rico en Tokio 2020 junto a la medallista de oro Jasmine Camacho Quinn y la tenismesista Adriana Díaz.
A la izquierda, Steven Piñeiro fue una de las principales figuras de la delegación de Puerto Rico en Tokio 2020 junto a la medallista de oro Jasmine Camacho Quinn y la tenismesista Adriana Díaz. (Ramón “Tonito” Zayas)

El atleta está aprovechando su residencia en Puerto Rico para ayudar a la exposición aficionada y competitiva de la patineta, para que se masifique el deporte y desarrolle atletas con su nivel, así como el del también olímpico Manny Santiago.

Piñeiro dijo que está viendo el desarrollo y que espera ver más aún.

“Me encanta ver el desarrollo y ser parte de su crecimiento y de su reconocimiento. Eso me hace sentir contento con todo”, dijo.

Al mismo tiempo, Piñeiro está aprovechando su estadía en Puerto Rico para comenzar estudios en Artes Culinarias en la Universidad Ana G. Mendez de Carolina.

Durante este año, Piñeiro logró su entrada a ese departamento y dijo que es un motivo más para agradecerle a la patineta que le ayudó a ingresar a la institución.

“Sin el deporte no podía estudiar. Le doy gracias al deporte también. Esa es una pasión mía. Lo amo tanto como el deporte. Espero hacer la comida de la vida todos los días. Vamos a ver qué sucede con eso. Tenemos planes futuros”.