Los novios Nohely y David no se sueltan ni en las esquinas desde que se vieron por vez primera en el 2015.

Caminan agarrados de manos cuando cruzan la calle, o de brazos cuando él le invita a su lado haciendo el gesto de galán con su brazo izquierdo.

Si él ve una piedra en el camino, le avisa para que ella no tropiece. Ella lo agradece.

“Ella me quiere y me ama. Yo quiero cuidarla y protegerla. Nos llamamos y nos escribimos”, dijo David.

Encuentran el lugar para sentarse juntos hasta en espacios estrechos para los dos. Se acomodan y no pierde tiempo para comenzar una conversación, para dar un cariño.

Ella apoya la cabeza sobre su hombro y él le besa en la frente. Se bromean pícaramente. Uno con el otro, se olvidan de lo que sucede alrededor.

“El amor es incondicional”, dijo David.

(david.villafane@gfrmedia.com)
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Hoy, como en cualquier otro año, Nohely Pérez Ostalaza, de 20 años, y David Torres Rivera, de 24, –que tiene síndrome Down– celebran el Día de Amor en su tercer año de noviazgo desarrollado alrededor del amor y el deporte.

“El amor es beso”, dijo Nohely. “Es beso, es cariño, respeto”, agregó David.

Se vieron por primera vez en octubre del 2015. Ella, en compañía de su madre Sonia, hacía gimnasia rítmica en San Juan durante los Juegos Nacionales de Special Olympics de ese año. 

Él era nadador en esos Juegos, pero ese gran día acudió con su madre, Marisel, a una clínica de salud que dieron en los Juegos Nacionales. Dicen que David dizque vio la clínica.

“Eso fue un click automático de los chicos. Fue un flechazo, como nos puede pasar a cualquiera”, dijo Marisel.

“Demás está decir que perdimos las clínicas. Allí nos quedamos viendo la participación de la chica y en el entusiasmo de los muchachos al conocerse”, agregó.

Luego vino, con el consentimiento y cooperación de sus madres, el selfie, la invitación al cine, el compartir en los centros comerciales, los facetime, y la gran pregunta ¿Quieres ser mi novia?

“Y le dije sí”, contestó Nohely.

Ambos tiene planes para hoy con el ‘alcahueteo’ de sus madres, que les carretean y les unen a pedir de boca.

“La voy a llamar, decirle felicidades en día de amor incondicional, ir a comer, al cine, a caminar a San Juan y al Parque de Bombas”, contó David.

También tiene metas deportivas claras estos dos atletas olímpicos que son parte de la delegación de Puerto Rico que competirá en marzo en los Juegos Mundiales de las Olimpiadas Especiales en Abu Dahbi.

“Yo también quiero ganar el oro”, dijo Nohely.

Nohely, entrenada por Annelisse Vélez, hará cuatro rutinas de gimnasia rítmica con sogas, anillas y otros aparatos que manejará con sus manos y pies que a nivel nacional le han ganado oro.

David, a quien le apodan el ‘Delfín Boricua’, nadará en tres eventos: los 200 metros pecho, los 400 metros libre y los 100 mariposa. 

Serán sus terceros Juegos Mundiales de Olimpiadas Especiales. Tiene tres medalla de oro en Los Ángeles 2015. Es entrenado por su señora madre, Marisel, por Liza Vaz y Carlos Berríos.

Y como buena pareja, Nohely y David se apoyan para lograr la metas, aunque cada uno estará en Abu Dahbi en sedes apartadas.

Pero en los entrenamientos en Puerto Rico, David le da una mano a protegida en los aparatos de gimnasia y ella visita a su ‘Delfín Boricua’ en la piscina olímpica.

“(Lo hago porque) Yo quiero que gane”, dijo Nohely.