Cientos de corredores se preparan para completar uno de los medio maratones más importantes en la esfera mundial, pero el disparo de salida se convierte en la meta de aquellos que se inscriben, voluntariamente, en la carrera por montar el San Blas.

El prestigioso evento cuenta con un batallón de entusiastas que trabaja arduamente durante todo el año para darle continuidad a la titánica ruta de 21 kilómetros que, desde Coamo, invita a la participación de reconocidos atletas de calibre local e internacional.

Pero no siempre fue así. Resulta que la actividad deportiva comenzó en 1963, con una pequeña carrera impulsada por la Fraternidad Delta Phi Delta; organización dueña del medio maratón San Blas.

“En el 1963, un grupo de fraternos organizaron una carrera corta, no llegaba a tres millas, sino algunos cinco kilómetros. Estaban las Fiestas Patronales y, ese domingo, se organizaba una carrera corta que empezó con gente de Coamo y gente de Puerto Rico y luego, años después, la transformaron a un evento internacional”, recordó Einar Ramos López, presidente del Maratón San Blas y canciller de la Fraternidad Delta Phi Delta.

El fraterno contó que, fue para el 1968 “cuando comenzaron atletas internacionales y la carrera se expandió; fue subiendo de kilómetros. Ahora se corren 21 kilómetros”.

“Ha habido cambios en las rutas desde la carrera corta que comenzó cerca del pueblo. Luego salió del barrio Las Calabazas, que es de donde sale ahora. Hubo tiempos donde el maratón llegaba a la plaza pública. Luego, cuando mueven las fiestas patronales al velódromo panamericano, hubo que cambiar la ruta para que llegara entonces, al parque aledaño”, manifestó el coameño de 48 años.

A pesar de la relación cuasi simbiótica del maratón y las fiestas patronales, el evento tuvo que moverse a marzo para la edición del 2022. Igualmente, el huracán Fiona, que arrasó el suroeste en septiembre de ese año, provocó que la edición más reciente se mantuviera en esa fecha.

La carrera se abrió a competidores internacionales en 1968.
La carrera se abrió a competidores internacionales en 1968. (Archivo)

Otro cambio importante, fue la hora en que se realiza el evento.

“Había una comunicación de los atletas donde decían que a las 4:00 de la tarde es bien fuerte. La mayoría de los atletas que lo corren, aunque vienen atletas internacionales, la mayoría de los corredores son puertorriqueños, son ‘joggers’ y, correr un maratón a las 4:00 de la tarde, tenías que estar en Coamo ya a las 5:00 de la mañana porque las rutas las cerraba la policía para esperar a las 4:00 de la tarde, luego para salir de allí era complicado”, acotó.

Según Ramos López, el movimiento en fecha y hora obtuvo un buen resultado, ya que, en 2022, la participación aumentó a 1,315 atletas y, en 2023, corrieron 1,613 personas.

“Todo corredor de medios maratones y, maratones, debe tener en su resume el San Blas. Si no está en su resume, no le abre puertas en otros maratones internacionales. Cuando se están buscando atletas, los organizadores siempre buscamos el récord en medio maratón y maratón y, qué maratones ha participado”, resaltó.

De Angelita Lind a Beverly Ramos

Al afinar la participación de mujeres en el medio maratón coameño, Einar recordó a atletas del calibre de Angelita Lind en la década del 80 y, más reciente, la destacada Beverly Ramos.

“La participación de la mujer ha ido incrementando. La mujer se ha ido involucrando y tomando posesión del puesto que debió haber tenido siempre en la sociedad. Le ha costado sangre y sacrificio, pero lo están logrando. Son una pieza importante dentro de las organizaciones y son las que mueven la economía y la sociedad”, confesó.

“Angelita Lind corrió el San Blas, (igual que) Beverly Ramos. En cuanto a atletas masculinos están Peco González, Papo Díaz, Chelías de Jesús que es de aquí, de Coamo; uno de los atletas más reconocido en el fondismo y el atletismo puertorriqueño, campeón centroamericano. Corrió el San Blas casi todos los años, mientras estuvo activo. Todos esos atletas han pasado por aquí”, dijo.

Carrera paralela al maratón

De acuerdo con Ramos López, el andamiaje del San Blas requiere una inversión aproximada de $350 mil. Esto incluye el costo de traer atletas internacionales, premiaciones y el montaje de la actividad.

“Es una carrera paralela a la carrera del fondismo, que es conseguir los auspicios y el dinero para montarlo. Aquí nadie cobra, somos voluntarios, miembros de la fraternidad Delta Phi Delta o personas del pueblo y otros lugares que nos ayudan. Es una adrenalina alta, pero es buena”, afirmó.

“Hay una satisfacción que, cuando se da ese disparo de salida, ya el maratón está corriendo, tú te sientes relajado porque ya el maratón salió. Lo importante del maratón es que los atletas salgan a correr. Esa es nuestra meta; que los maratonistas salgan y lo disfruten”, concluyó.